La ausencia del sospechoso clave de los atentados de París en 2015, Salah Abdeslam, en la segunda jornada de su juicio en Bélgica por un tiroteo con la policía, fue criticado por las víctimas, que ironizaron sobre el "oportunismo" del yihadista que "se quedó en cama".

Abdeslam, el único miembro con vida de los comandos que atentaron en París el 13 de noviembre de 2015 (130 muertos), acudió a la apertura del proceso el lunes, si bien hizo saber un día después que no acudiría a la reanudación este jueves, dejando sólo al otro acusado, el tunecino Sofiane Ayari.

"Su comportamiento y su oportunismo me cansan", dijo Tom Bauwens, abogado de dos policías de las unidades especiales belgas, para quien el francés de origen marroquí de 28 años se ríe del "Estado de derecho [belga], de todo el mundo".

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Pese a la ausencia de Abdeslam, que también rechazó el lunes responder a las preguntas del tribunal, su abogado Sven Mary afirmó que acepta seguir representando a su cliente, juzgado por un tiroteo con policías en la localidad bruselense de Forest el 15 de marzo de 2016.

Mary debe presentar durante la tarde sus alegatos, al igual que hizo en la mañana la defensa de Ayari, de 24 años, que pidió la "clemencia" del tribunal para el cómplice de Abdeslam y llamó a los magistrados a resistir "ante la opresión mediática".

Este proceso, para el que se acreditaron más de 230 periodistas, se considera como un preámbulo del que tendrá lugar en una fecha por fijar en París por los atentados de noviembre. Abdeslam y Ayari también están implicados en estos ataques o sus preparativos.

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'No querían morir, sino huir'

El inicio del proceso en el imponente Palacio de Justicia de Bruselas estuvo marcado por la negativa de Abdeslam a contestar a las preguntas de los jueces y por su profesión de fe como musulmán y su diatriba contra la justicia y los medios de comunicación.

"No tengo miedo de ustedes, no tengo miedo de sus aliados, de sus asociados, pongo mi confianza en Alá y eso es todo", declaró desafiante el francés, contra quien la fiscalía pidió 20 años de prisión, al igual que para el otro acusado.

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A ambos se les juzga por "intento de asesinato de varios policías" y "tenencia de armas prohibidas", todo ello "en un contexto terrorista", si bien uno de los abogados de Ayari criticó esta clasificación de los hechos.

A juicio de Isa Gultaslar, si hubieran querido comportarse como terroristas, habría muerto como mártires, un "estatuto privilegiado buscado por todos". "Ellos, lo que querían no era morir, sino huir", agregó.

Tras el tiroteo perpetrado en un apartamento de Forest, que dejó tres policías heridos, ambos lograron huir, tapados en su fuga por un yihadista de origen argelino de 35 años, Mohamed Belkaid, quien falleció al enfrentarse con los agentes.

Tres días después, ambos fueron detenidos en Molenbeek, otra localidad bruselense, una detención que para los investigadores representó el detonante de los atentados perpetrados contra el metro y aeropuerto de Bruselas el 22 de marzo de 2016 y que dejaron 32 muertos.

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En el apartamento, uno de los refugiados por la célula yihadista que atentó en París y Bruselas, se halló un rastro ADN de Abdeslam, pero no sobre los dos fusiles de asalto encontrados.

La fiscal federal, Kathleen Grosjean, declaró no obstante el lunes que ambos podían considerarse como coautores de los disparos contra los policías, y destacó que estaban "muy anclados en la ideología del [grupo yihadista] Estado Islámico". (I)