Al menos 29 civiles, siete de ellos niños, murieron este lunes 05 en Siria a causa de ataques aéreos del régimen contra un enclave rebelde cercano a Damasco, un nuevo drama que refleja el alto precio que pagan los civiles en este conflicto.

Estos ataques en Guta Oriental, al este de la capital, ocurren un día después de que se efectuaran mortíferos bombardeos en Idlib, un provincia rebelde en el noroeste del país, donde el régimen de Bashar Al Asad vuelve a ser sospechoso de haber utilizado gases tóxicos.

El lunes, Washinghton afirmó, a través de su embajadora en la ONU, Nikki Haley, disponer de "pruebas evidentes de decenas de víctimas" que confirman el uso de cloro en los ataques perpetrados por el régimen en el enclave rebelde.

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En la Guta Oriental viven unas 400.000 personas afectadas, sobre todo, por la escasez de comida y medicinas, a lo que se ha añadido un incremento de bombardeos en las últimas semanas, según Rami Abdel Rahman, responsable del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El lunes, 29 civiles, entre ellos siete niños, murieron por los bombardeos y los disparos de artillería del régimen contra varias localidades de Guta Oriental, según el OSDH.

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Los ataques más mortíferos tuvieron lugar en la localidad de Beit Sawa, donde murieron 10 civiles, dos niños entre ellos, en un mercado, precisó el Observatorio. En Duma, un hombre falleció por disparos de artillería.

Un mercado de la localidad Arbin también fue alcanzado y nueve civiles perecieron, según esta oenegé. En un hospital de la ciudad, un corresponsal de la AFP vio cadáveres de niños pequeños en el suelo.

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- Llorando en silencio -

Otro de los fallecidos era un miembro de un grupo de voluntarios de rescate de la ciudad, y podía verse a varios de sus compañeros llorando su muerte.

Fuera del nosocomio, un hombre lloraba sentado sobre una pila de escombros tras haber perdido a dos integrantes de su familia durante los ataques.

En una supuesta represalia, cayeron cohetes y obuses de mortero sobre barrios de Damasco controlados por el gobierno, informó la agencia oficial de noticias SANA.

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Una mujer murió y otras cuatro personas resultaron heridas a causa de la caída de un obús en el barrio de Bab Tuma y en la catedral maronita de la capital, señaló una fuente policial.

Otra persona murió y nueve resultaron heridas por los disparos de cohetes contra el distrito de Harasta, controlado por el régimen.

La guerra en Siria ha provocado la muerte de más de 340.000 personas y ha desplazado a millones desde que comenzó en marzo de 2011, con una brutal represión de protestas pacíficas antigubernamentales.

Sin embargo, la Guta Oriental es una de las cuatro "zonas de distensión" definidas el año pasado por Turquía, aliada de los rebeldes, y los socios del gobierno sirio, Irán y Rusia.

Pero la violencia se ha intensificado en las últimas semanas en esta zona, con al menos 11 civiles muertos en incursiones en el distrito sólo el viernes.

Se sospecha que durante este mes el cloro ha sido utilizado en dos ocasiones por el régimen en la Guta Oriental, provocando problemas respiratorios entre los civiles.

Las acusaciones por el uso de gases tóxicos también incluyen a Idlib.

Al menos 11 caso de asfixia fueron registrados en la ciudad de Saraqeb. El OSDH cita a habitantes y fuentes médicas que dan cuenta de un "gas tóxico".

Mohamed Ghaleb Tannari, médico en el hospital donde fueron tratados los pacientes, aseguró a la AFP que todos "padecían problemas respiratorios, tos y fatiga", "síntomas emblemáticos de la inhalación de cloro".

Estas últimas semanas, el régimen de Asad fue acusado de haber perpetrado varios ataques químicos.

El lunes, Estados Unidos acusó a Rusia de retrasar la adopción de una condena de la ONU contra estos presuntos ataques con armas químicas en Guta Oriental. Moscú, por su parte, denunció una "campaña de propaganda" para "acusar al gobierno sirio" de ataques cuyos "autores no están identificados".

En Siria, devastada por la guerra desde 2011, el mes de enero ha sido especialmente trágico: 59 niños murieron en los enfrentamientos, según Unicef, que lamenta un mes "sanguinario" en Oriente Medio. (I)