Sylvia Ortiz Batallas habla con entusiasmo. Y se pasea inquieta en el interior de su hermoso taller del camino de Guápulo, un sector de ese Quito milenario. En las mesas, sus compañeros fijan la vista en pequeñas piezas que deben unir para devolver la forma a viejas figuras de arcilla. Trabajan con esmero, como si estuvieran armando un rompecabezas.

Cada detalle es analizado con rigurosidad. Las piezas arqueológicas deben conservar sus elementos naturales para no alterar su realidad. Si es que, por ejemplo, a un jarrón hay que arreglarle su base, se tiene que hacerlo con un material parecido, pero dejando evidenciado que es una pieza extraña, aunque necesaria. Así, paso a paso, se recupera la vida de las joyas del Museo de Jama.

Estamos avanzando bien, dice Sylvia, una experta en restauración, con estudios en el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y especializaciones en Quito, Lima y Madrid. La tarea es diaria y sin pausas. Se requiere restaurar 246 piezas del Museo manabita de Jama, que también fue víctima de la devastación que produjo el terremoto del 16 de abril de 2016. La restauradora cuenta que ese número de piezas es lo que se ha podido recuperar después del terremoto, que destruyó otros museos como el de Portoviejo, Manta, Pedernales y el de Bahía de Caráquez.

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“Fue muy triste mirar cómo quedó el Museo de Jama, un sitio al que lo visitábamos con frecuencia. Bueno, es fácil imaginar cómo quedan las cosas después de un terremoto...! Por suerte, las cosas se dieron para poder trabajar en la recuperación de las piezas”, recuerda.

El trabajo está avanzado. La preparación es minuciosa y de alta técnica. Cada pieza es restaurada con mucho cuidado. Se busca conservar todos los detalles originales. Y luego de terminar la obra, se elabora un informe de cada una de las piezas. Allí se detallan las condiciones en las que fueron encontradas y el tipo de arreglos a los que fueron sometidas. La tarea se realiza con la supervisión de los expertos del Instituto de Patrimonio Cultural.

Y mientras en Quito se restauran las piezas, en Jama se están construyendo las instalaciones del nuevo museo. Esta obra está a cargo del Gobierno Autónomo Municipal de Jama y el Banco del Estado. También para esa edificación se cuenta con expertos que van sugiriendo cómo realizar cada uno de los espacios que requiere el museo para conservar las piezas arqueológicas con seguridad y también para que el público pueda apreciar estas riquezas que dejaron nuestros antepasados. (I)