Aunque la reunión de alto nivel de este martes entre delegaciones de gobierno de las dos Coreas se centra en la participación norcoreana en los Juegos Olímpicos de Invierno en su vecino país, en tenso conflicto, las expectativas apuntan a una oportunidad para bajar las tensiones ante las amenazas de que se desate una guerra nuclear entre Norcorea y EE.UU.

El diálogo se concreta después de dos años y luego de que Washington y Seúl decidieron posponer maniobras militares que aumentaron la tensión en la región, a la que contribuyó también el llamado del líder norcoreano, Kim Jong-un, a su nación a producir masivamente bombas nucleares y misiles.

Como “un buen comienzo” calificó el presidente de EE.UU., Donald Trump.

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En 2017, Corea del Norte realizó su sexta prueba nuclear, la más potente hasta la fecha, y varios ensayos de misiles intercontinentales, advirtiendo su capacidad de atacar cualquier parte del territorio de EE.UU.

En el último roce entre los dos países, ante la amenaza de Kim de tener siempre el botón nuclear en su escritorio, Trump se jactó de que él también tiene un “botón nuclear”, “mucho más grande y poderoso”.

Un estudio del Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo reveló que Corea del Norte aumentó su arsenal nuclear respecto de 2016 y estimó que tiene entre 10 y 20 cabezas nucleares; no obstante, solo Rusia, a la cabeza, y EE.UU. poseen el 93% de armas nucleares en el mundo y han anunciado inversiones récord para modernizarlas. Entre 2017 y 2026, EE.UU. planea invertir $ 400.000 millones para mantener y aumentar su poderío atómico. (I)