El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, estaba a un paso de ganar el lunes su reelección tras un demorado y controvertido conteo que ha llevado a la oposición a gritar fraude y a convocar a protestas callejeras, desafiando un toque de queda decretado para evitar la violencia.

El mandatario, del centroderechista Partido Nacional y cercano a Estados Unidos, obtuvo el 42.98 por ciento de los votos en los comicios de hace una semana frente al 41.39 por ciento de los sufragios del opositor Salvador Nasralla, según el conteo final del árbitro electoral.

El resultado final de los comicios del 26 de noviembre se espera para después de acabado el lapso de impugnaciones el miércoles, pero la autoridad electoral no ha dado una fecha precisa para proclamar al ganador.

Publicidad

Lea además: Honduras: Opositor Nasralla desconoce resultado electoral

De ratificarse los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Hernández lograría un pase para gobernar por cuatro años más, mientras la alianza seguía insistiendo el lunes en que hubo fraude que le arrebató el triunfo a Nasralla, quien vio su sorpresiva ventaja inicial de cinco puntos evaporarse.

Pero el presidente de 49 años dijo el lunes que el país pudo constatar que la última parte del proceso electoral, el recuento especial de unas mil actas, terminó "sin ningún contratiempo".

Publicidad

Hernández, cuyo Gobierno decretó el estado de sitio el viernes tras las violentas protestas por el cambio de tendencia en los resultados, dijo que rechazaba los hechos vandálicos y llamó a todos los sectores a "seguir construyendo una nueva Honduras".

Poco después, Nasralla -líder de la coalición Alianza de Oposición contra la Dictadura- volvió a cargar contra el árbitro electoral, que asegura está controlado por Hernández, a quien acusa de gobernar como en una dictadura.

Publicidad

"En Honduras ganó la Alianza de Oposición y se acabó la dictadura ... Este ya no es un régimen legítimo... por lo tanto se puede esperar que el pueblo reaccione como más le parezca, ayer fueron a las calles", dijo.

Lea también: Reelección, pugna por aferrarse al poder

El coordinador de la coalición opositora, el depuesto expresidente izquierdista Manuel Zelaya, reiteró que durante el proceso se hicieron trampas, incluyendo la paralización en la transmisión de datos y caídas en los sistemas de TSE.

"Aquí hay un fraude montado y tenemos que luchar hasta vencerlo cueste lo que cueste. No vamos a dejar que nos roben la elección", agregó el político, un cercano aliado del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

Publicidad

Los ánimos caldeados

Miles de personas marcharon el domingo por las calles de Tegucigalpa y otras ciudades hondureñas para expresar su descontento por el rumbo de la elección. En los últimos días hubo algunos saqueos de tiendas y actos de vandalismo.

El portavoz de la Policía Nacional, Jair Meza, dijo que el domingo dos efectivos que patrullaban una zona del este del país fallecieron cuando fueron atacados.

Y dos manifestantes fueron asesinados en la capital en la madrugada, dijeron sus familiares, aunque las autoridades no confirmaron las muertes. Más de 1,300 personas han sido detenidas desde que se decretó el toque de queda, según cifras oficiales.

La oposición ha llamado a nuevas protestas el lunes, en medio de la suspensión de garantías constitucionales y el toque de queda decretado por el Gobierno de Honduras el viernes para frenar la violencia generada tras los comicios.

La coalición opositora reclama por un cambio de tendencia en los cómputos iniciales luego de una larga pausa en el recuento hace unos días, tras la cual Hernández sorpresivamente consiguió una ventaja sobre Nasralla, quien llevaba la delantera por cinco puntos con entonces el 57 por ciento de las mesas computadas.

La Alianza pide que sean revisadas 5,174 actas que aseguran no fueron transmitidas la noche del domingo y que daban clara ventaja a Nasralla, una estrella de TV de 64 años, que llamó el domingo a las bases de las fuerzas armadas a que se rebelaran contra sus superiores.

Hernández, asumió en enero de 2014 con la promesa de combatir la delincuencia endémica en uno de los países con más pobreza y más violentos del mundo. Aunque aceleró el ritmo económico y redujo la tasa de asesinatos, es acusado por sus críticos de acumular desmedidamente poder en el empobrecido país.

Hernández ha sido un aliado en Centroamérica de Estados Unidos, que tiene una fuerza de tarea conjunta en la base aérea Soto Cano de Honduras.

De acuerdo con un documento visto por Reuters y fechado el 28 de noviembre, en plena crisis electoral hondureña, el Departamento de Estado de Estados Unidos certificó a la nación centroamericana para recibir cientos de millones de dólares de ayuda. (I)