Estados Unidos y Turquía anunciaron el lunes retomar de forma "limitada" sus servicios respectivos de entrega de visados, interrumpidos desde hace un mes después del arresto de un empleado local del consulado estadounidense en Estambul.

La suspensión de los servicios de visado, una medida sin precedentes, exacerbó las tensiones entre los dos aliados en la OTAN, ya difíciles después del fallido golpe de Estado en Turquía en julio de 2016.

"La misión estadounidense en Turquía reinicia el tratamiento de visados no inmigrantes de una manera limitada", indicó la embajada de Estados Unidos en Ankara en su página web.

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Poco después, la embajada turca en Washington publicó un anuncio similar en su cuenta Twitter, retomando casi palabra por palabra el mensaje de Estados Unidos.

Estos anuncios ocurren poco antes de una visita a Estados Unidos de cuatro días del primer ministro turco, Binali Yildirim, que empezará el martes, durante la cual está previsto que se reúna con el vicepresidente Mike Pence.

Tensas desde hace meses, las relaciones entre Turquía y Estados Unidos se degradaron todavía más a raíz de la inculpación por "espionaje", a principios de octubre, de un empleado turco del consulado estadounidense en Estambul.

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La justicia turca acusa a Metin Topuz, el empleado detenido, de estar vinculado con el predicador exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen, que según Ankara está detrás de la intentona golpista del 15 de julio de 2016.

En reacción a este arresto, la embajada de Estados Unidos anunció el 8 de octubre que suspendía sus servicios de entrega de visados en Turquía, fuera de los visados de inmigración. Ankara tomó luego medidas similares. (I)