A pesar del desgaste público de su imagen y de la disputa política que lo mantiene sin funciones y con opiniones divididas dentro del oficialismo, el vicepresidente Jorge Glas Espinel llega al cierre de la instrucción fiscal por asociación ilícita del caso Odebrecht con tres tesis: no hay pruebas que lo incriminen en corrupción, es inocente y que si un tercero tomó su nombre, deberá responder ante la justicia.

La instrucción fiscal –que primero estuvo a cargo de la fiscal Diana Salazar y luego del titular, Carlos Baca Mancheno– se cierra hoy, al cumplirse los 120 días previstos en el Código Integral Penal (COIP), contados desde junio pasado.

Desde entonces, 18 personas han sido vinculadas en calidad de procesados, entre ellos Jorge Glas y su tío Ricardo Rivera, quien fue detenido el 2 de junio bajo la sospecha de haber recibido, a través de terceros, $ 13 millones de Odebrecht. También están incluidos el excontralor Carlos Pólit y exfuncionarios públicos y privados.

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Con el tiempo salieron a la luz videos, grabaciones de audio y versiones que señalaron al tío del vicepresidente como el intermediario encargado de recibir dinero ilegal relacionado con el esquema de sobornos de la constructora brasileña.

En esta instrucción, la primera diligencia en la que participó Glas se realizó el 9 de agosto, cuando se presentó a rendir su versión libre y voluntaria. Además de negar cualquier vinculación con la constructora Odebrecht, ese día dijo que desde el 2007, cuando asumió como funcionario público, la relación con Rivera era “estrictamente familiar” y que si acaso se veían era solo “una vez al año, por fin de año o cumpleaños de mi madre”.

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Sin embargo, el 21 de agosto, la fiscal Salazar entregó a Baca Mancheno un informe en el que estableció diez elementos de convicción para que Jorge Glas sea vinculado al proceso.

Ocho días más tarde, el fiscal general no solo que lo incluyó en los procesados, sino que pidió que se le dictara prohibición de salida del país. Luego de que el presidente Lenín Moreno le había quitado las funciones, el 3 de agosto, este era el segundo golpe que recibía el vicepresidente en un mes por sus antiguos compañeros de gabinete. Antes de ser fiscal, Baca había sido asesor directo de Rafael Correa, en Carondelet.

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A partir de ese 29 de agosto, hubo al menos tres hechos que complicaron la defensa de Glas. Si bien José Conceição dos Santos (José Santos), exdirectivo de Odebrecht en Ecuador que está detenido en Brasil, había entregado las grabaciones a la justicia para obtener una reducción de la pena, en el proceso apareció un nuevo delator. Se trata de Alfredo A., hombre de confianza de Ricardo Rivera y exempleado de Televisión Satelital.

Desobedeció la orden de Rivera y copió el contenido de correos electrónicos. Por ello, el 14 de septiembre, entregó a la Fiscalía una memoria USB con ese material –que se suman a otras cinco del expediente–, que muestran que la relación entre Glas y Rivera iba más allá de las reuniones familiares e incluía a empresarios y exministros de su círculo de confianza. Ahí se trata sobre reformas legales, el negocio de fibra óptica de Telconet, proyectos de telecomunicaciones del Gobierno, un informe sobre la empresa Glory International y hasta sobre las preocupaciones por las denuncias de plagio en la tesis del vicepresidente.

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En varias entrevistas, Glas rechazó las interpretaciones, pero tuvo que admitir la correspondencia. Sin embargo, criticó a la Fiscalía por no garantizarle el debido proceso.

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El tercer hecho fue el testimonio anticipado de José Santos, el 27 de septiembre, cuatro días antes de que se cerrara la instrucción. Allí aseguró que Glas y Rivera son “siameses que se alimentan del mismo cuerpo”, que entregó a Rivera $ 16,1 millones y que el vicepresidente le pidió $ 1 millón para la campaña.

Al cierre de esta edición, más diligencias se cumplían en la instrucción fiscal, a horas de que concluya el plazo: nuevos testimonios durante el fin de semana y pericias sobre la información entregada en dispositivos electrónicos, entre los que se incluyen dos CD enviados por Estados Unidos.

Eduardo Franco, abogado de Glas, ha minimizado los elementos de convicción de la Fiscalía y ha impugnado la validez de la información proporcionada por Alfredo A., pero en Twitter advirtió que “el Fiscal pretende pedir la sustitución de la medida cautelar actual por prisión preventiva (contra su cliente)!”. Para César Montúfar, quien ha presentado acusaciones particulares contra Glas, “está claro que Rivera no pudo haber recibido el dinero que recibió si no tenía contactos e influencia en el Gobierno; así como está claro la relación con Telconet”.

Desde Bélgica, Rafael Correa ha dicho que está dispuesto a dar “hasta la vida por Glas”.

En su última versión del 26 de septiembre, Glas fue enfático: “Estoy seguro, señor fiscal, que al final de todo este proceso la Fiscalía se abstendrá de acusarme porque no hay indicios en mi contra (…)”. (I)

La investigación de corrupción

Monto de sobornos

El informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos señala que Odebrecht pagó en Ecuador $ 33,5 millones en sobornos. El fiscal Carlos Baca dijo en agosto que la cifra sería mayor.

Otros procesos

Además de la instrucción por asociación ilícita, el caso Odebrecht tiene procesos abiertos, por ejemplo, por lavado de activos y concusión.