Los militares brasileños comenzaron este viernes a salir de la favela más grande de Río de Janeiro después de una semana de apoyar a la policía en un operativo contra pandillas de narcotraficantes.

El brigadier del ejército, Ricardo Jose Campos, subdirector de operaciones conjuntas, dijo a los periodistas el viernes que la situación en el barrio Rocinha ha sido “estabilizada”.

Unos 1.000 militares fueron enviados hace una semana, cuando se registraron tiroteos en Rocinha y otros vecindarios pobres y violentos de la ciudad brasileña. Las escuelas cancelaron las clases y los caminos fueron cerrados mientras muchos temían que la violencia escalara.

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Rocinha atrae mucha atención de las autoridades por ser la favela más grande de la ciudad y porque es limítrofe con varios vecindarios lujosos.

A un año de haber sido sede de los Juegos Olímpicos, Río de Janeiro está teniendo las peores tasas de violencia en una década y una agobiante crisis económica. (I)