La relación política en los primeros cien días del gobierno de Lenín Moreno –que se cumplen el jueves– con la Asamblea Nacional ha sido tensa y llena de críticas, una marcada diferencia con el correísmo.

La ausencia de un enlace entre el Ejecutivo y Legislativo coadyuvó a que muchas de las decisiones y declaraciones de Moreno sean cuestionadas por los oficialistas, que siguen siendo mayoría en la Asamblea. Con la oposición la relación es más cordial.

En este lapso, al menos cuatro temas preocuparon a AP que incluso implicaron amenazas de abandonar Alianza PAIS. El primero, la supuesta “entrega” a los Bucaram de la administración de las eléctricas; el retiro de las funciones encomendadas al vicepresidente de la República, Jorge Glas, por su supuesta vinculación en el escándalo de Odebrecht; la crítica al monto de la deuda pública; y, los anuncios de aplicar una cirugía mayor a la corrupción.

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Hasta hoy Moreno se ha reunido tres veces con el bloque Alianza PAIS, aunque solo una de estas citas fue pública, donde increpó al grupo oficialista a abandonar el gobierno si se sienten incómodos.

Marcela Aguiñaga fue crítica a las decisiones de Moreno, en lo administrativo y amenazó con irse del bloque si no se revé la entrega de las eléctricas a los Bucaram. Ellos niegan manejar esa área.

El asambleísta Augusto Espinosa admitió que hay diferencias dentro del bloque AP, pero que siempre terminan votando juntos. El reclamo mayor desde los políticos de AP es la ausencia de un reconocimiento de parte de Lenín Moreno a la gestión de Rafael Correa en los últimos diez años.

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La tensión subió en AP cuando Moreno, mediante Decreto Ejecutivo le quitó su confianza y dejó sin funciones al vicepresidente. En esos momentos, AP se atrincheró en la Asamblea y luego de un consentimiento público de Jorge Glas, terminó apoyando el juicio penal.

Espinosa aclaró que en AP apoyarán “las iniciativas del Gobierno vinculadas a la propuesta de campaña y que el diálogo que entable con otros sectores sea alrededor de lo que se ofreció en campaña, que planteó el proyecto político”.

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Todas estas discrepancias, según Espinosa, “solo serán saldadas en la medida de que se reconozca la tarea del gobierno anterior; que se respete la propuesta electoral que ganó las elecciones; y, que se evite que se infiltren personas que son contrarias a los postulado de los últimos diez años.

Yofre Poma hizo una autocrítica a la Asamblea y al Ejecutivo de que en tres meses aún no se haya dado respuestas a las necesidades apremiantes de los ciudadanos de generar plazas de empleo y reactivar la economía. (I)

Discrepancias internas

Las asambleístas Gabriela Rivadeneira, Marcela Aguiñaga y Doris Soliz, en los cien días de gobierno, cerraron filas en defensa del vicepresidente de la República, Jorge Glas, amenazado por un juicio político, y además defendieron los logros económicos de la década correísta.

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