Trotar o andar en bicicleta por los 7,1 kilómetros de senderos de la isla Santay se ha vuelto un riesgo para quienes visitan el humedal desde Guayaquil o desde Durán. Al menos 293 huecos que hay en los tablones fabricados con wood plastic composite (WPC), una mezcla de madera y plástico, obligan a los visitantes a recorrer con cautela las camineras.

Fernando Moreno, representante de la compañía Madera Ecuador, que fue proveedora de materiales en otro proyecto en el interior de la ecoaldea de la Santay, considera que los daños se producen porque el WPC es un material decorativo.

“En realidad no debió ser usado ahí (camineras) eso lo puede usar tal vez en su casa, en otro ambiente donde no haya tanta influencia de humedad, tampoco de tráfico”, dijo.

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De ahí que a casi cinco meses de haber sido inaugurada la ruta de senderos ya se registraban daños en al menos unos 50 tramos, en febrero del 2015.

Hasta el lunes pasado en sentido Guayaquil-Ecoaldea, la caminería de 2,6 km evidenciaba 93 huecos, y en muchos tramos el vacío era de tal dimensión que cabe un pie de adulto. La mayoría de vacíos están enmarcados con cinta amarilla en la que se lee: “Peligro”.

“Esto está un poquito feo que tendrían que arreglarlo. Está como descuidado”, refirió Eliza Zhiminaicela mientras caminaba junto a su familia que había llegado de Chordeleg.

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En la caminería de 4,5 km que va desde Durán hacia el humedal la situación es más crítica. Hay alrededor de 183 huecos producto del deterioro de los tablones de WPC.

Dicho material empleado en los 7,1 km de caminera (entre ambos tramos) fue importado de China, señaló Ramón Castro, de la compañía Bueno y Castro, adjudicataria de la obra inaugurada en 2014.

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Él agregó que la empresa dio mantenimiento a los senderos en su conjunto por más de dos años, puesto que no se había suscrito el acta de recepción definitiva, sino hasta hace tres o cuatro meses.

Desde entonces, sostuvo Castro, el mantenimiento quedó bajo la responsabilidad de la cartera de Estado que administra la Santay, en este caso, del Ministerio del Ambiente.

La mañana del martes pasado, este Diario solicitó por correo electrónico un pronunciamiento sobre la falta de mantenimiento de los senderos, pero hasta las 18:00 de ayer no hubo respuesta de la cartera.

En el tramo Durán-Santay algunos huecos están tapados con pequeñas estructuras metálicas. (I)

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Críticas del anterior ministro del Ambiente a senderos

En mayo del 2016 el entonces ministro del Ambiente, Daniel Ortega, admitió que la obra no fue ejecutada “de manera apropiada” por no cumplir con especificaciones técnicas como la de instalar transversalmente los tablones de Wood Plastic Composite (WPC) y no a lo largo como fueron colocadas.En respuesta, en aquella ocasión un ejecutivo de la firma Bueno & Castro, responsable de la construcción de las caminerías, refirió que “aclararía” al ministro Ortega que el contrato de ese proyecto fue con el Servicio de Contratación de Obras. En esa época también se registraron daños en los senderos.

En el interior de la Ecoaldea se usó otro material

Madera Ecuador fue una de las empresas proveedores de madera elaborada con plástico reciclado. Ese material se empleó en algunos tramos en el interior de la Ecoaldea y hasta el momento no registra afectaciones como los senderos.Fernando Moreno, representante de la firma, indicó que ese material tiene un tiempo de vida útil muy amplio, pues está elaborado con material 100% plástico reciclado. Es decir, no tiene componentes orgánicos que se deterioren.Él señaló que la compañía abasteció con aproximadamente 1.800 metros cuadrados de piso, tablones de madera plástica.

Inversión en la obra de la isla Santay en su conjunto

En Guayaquil el puente sobre el río hacia el humedal tiene 840 metros y las camineras unos 2,6 kilómetros. Esos trabajos costaron 15 millones de dólares. La construcción del puente peatonal de Durán a la Santay (678 metros) más la caminera de 4,5 kilómetros demandó una inversión de 20 millones de dólares.Desde la inauguración de la obra, cientos de familias visitan la isla Santay, van en bicicleta o a pie.Inicialmente, los administradores del humedal dispusieron que la capacidad diaria de visitas a la Santay, donde uno de los atractivos es la Ecoaldea y los cocodrilos, sea de mil personas.