La convulsionada Venezuela parece estar cayendo en una etapa más volátil de protestas después de que fuerzas antigubernamentales robaran armas durante un asalto a una base militar, y mientras aumenta la frustración sobre lo que algunos ven como un ineficiente liderazgo opositor.

La instalación de la Constituyente, pese al rechazo, ha dejado a muchos venezolanos con la sensación de que no hay más opciones democráticas para oponerse al mandatario Nicolás Maduro.

Ese sentimiento podría haber ayudado a detonar el ataque a un cuartel en la ciudad de Valencia por parte de soldados y civiles armados, en el que murieron dos personas, según el Gobierno. Las autoridades dicen que están buscando a diez de los atacantes que escaparon con armas. Tres oficiales, uno de ellos activo, participaron, confirmó el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.

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El ataque podría invocar el fantasma de una rebelión o aumentar los ya preocupantes niveles de violencia en el país.

“Apoyamos los alzamientos militares”, dijo María Rodríguez, una vendedora de queso de 35 años. “Nosotros, la ciudadanía, no podemos solos”.

Para el encuestador Luis Vicente León, los extraordinarios poderes de la Constituyente podrían fomentar una oposición más radical e incluso llevar a la propagación de guerrillas y paramilitares en un país repleto de armas.

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Ayer, decenas de sitios web de Venezuela, varios de entes estatales, fueron blanco de un masivo ataque cibernético en apoyo al ataque.

“Aquí no hubo ningún alzamiento”, dijo el poderoso dirigente Diosdado Cabello.

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A pesar de que se desconoce el alcance del ataque, expertos coinciden en que evidencia un malestar en rangos medios de la Fuerza Armada, principal sostén de Maduro. (I)