El goteo de un líquido amarillo que provenía de un suero de vitamina C con complejo B, que estaba colgado en la punta de una ventana, era parte del ambiente que cobijaba ayer a Marcos V., quien fue encontrado la noche del lunes pasado en una zona apartada de Yaguachi, cantón de la provincia del Guayas.

El hombre de 34 años fue víctima de una banda que delinque utilizando escopolamina. Él sobrevivió después de que un agente de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) lo hallara y unos policías lo llevaran a un hospital de Durán, donde se determinó que en su cuerpo había rastros de la mortal sustancia. La familia de Marcos dijo este viernes que esto fue “una desgracia con felicidad”.

Esa misma noche, en cambio, comenzó el calvario para los parientes de Iván Almeida, de 30 años, el amigo de Marcos, que no aparecía. No obstante, 72 horas después su cuerpo fue hallado en el sector Boca de Yaguachi, en el río de este cantón.

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Luego de una leve mejoría, Marcos conversó con sus padres y se enteró lo que le había sucedido a su amigo. Él no recordaba mucho.

Lo poco que tenía en su cabeza se lo contó a agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased): que habían ido a un sector de tolerancia de las calles Brasil y Salinas, en el suroeste de Guayaquil, y que abordaron un taxi informal, de color gris, para ir a una salsoteca del centro, más nada.

Ayer, por la tarde, sepultaron a Iván. Patricia Díaz, tía de la víctima, exigió a la Policía que capture a “esta banda porque no es el único caso” que se ha registrado.

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Entre sollozos dijo que su sobrino sufría de alergias y que esto habría empeorado el cuadro de envenenamiento con escopolamina del que fue víctima.

En las últimas semanas se han registrado varios casos de personas escopolaminadas. En el circuito Centenario, en el sur de Guayaquil, se han atendido, en lo que va del año, siete casos, según informó la Policía. (I)