El costo excesivo en software de seguridad de controles de accesos que utilizaba Juan Fernando Yépez, un emprendedor ambateño en su negocio en Quito, lo motivó a la investigación sobre cómo crear un sistema asequible, económico y más rápido de los ya existentes en el mercado. 

Tras haber obtenido el título de ingeniero en telecomunicaciones en la Politécnica Nacional en Quito y  la experiencia de su primer emprendimiento que puso junto con una socia hace nueve años, decidió aplicar a una beca en la Senescyt, que le permitiera investigar esa temática y también dominar el idioma inglés, por lo que escogió la Universidad de Saskatchewan, en Canadá.

Hace dos años llegó a ese país a cumplir su maestría en Electrónica y Computación, de la cual este jueves sustentó su tesis basada en su idea de registro de las placas vehículares, investigación que además le permitió ganar el Premio en Innovación Científica de la universidad canadiense.

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Yépez explica que su software realiza un escaneo de placas vehículares, desde sistemas que resultan más económicos para las empresas; por ejemplo instalar un sistema de proceso de placas vehículares así cuesta mil dólares por licencia en cada cámara de seguridad, mientras que el sistema que propone Yépez se puede abaratar costos desde los dispositivos de control como en teléfonos celulares, o raspberrypi (minicomputadora para programadores).

"Es la extracción de la placa de un vehículo (foto) para procesarlos  y convertirlas en texto. Actualmente hay sistemas que son lentos y muy caros, entonces con la innovación que he realizado se ha convertido en un método mucho más rápido, unos 20 microsegundos", explica Yépez.

Agrega que la policía en la ciudad dónde reside tiene el sistema, pero por cada carro cuesta 20 mil dólares "ya que requieren software especializado, pero se puede utilizar el mismo sistema con un costo mucho menor", detalla el investigador ecuatoriano.

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Yépez confiesa que llegar hasta la investigación final y obtener ese reconocimiento le tomó mucho sacrificio. Su primer obstáculo, reconoce, fue el idioma. A pesar de que él hablaba inglés, tuvo que aprender tecnicismos y otras pautas para una comunicación precisa. Asímismo,  la timidez se apoderó de él en los primeros meses, pues era el único latinoamericano de su curso, el resto eran asiáticos.

"Ellos desarrollaban sus investigaciones con sus propios grupos, pero ya en clases me di cuenta que se tiene las mismas capacidades. El miedo por el lenguaje fue el primer obstáculo, pero cuando eso se rompe, uno va desarrollándose igual que ellos", aclara Yépez.

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El joven emprendedor, de 34 años, también fue contactado por medios locales para relatar su investigación y dar a conocer su servicio en tecnologías digitales.

Yépez, quien vive con su esposa y su hijo de dos años, dice, a manera de consejo, que no hay que dejarse llevar por prejuicios que si una persona es mejor que otra como le ocurrió a él en un principio con sus compañeros de clases, poco a poco vio que incluso pudo ser el mejor de su curso .  "El ecuatoriano siempre lucha por lo que quiere, debe confiar en sus capacidades intelectuales y personales para alcanzar sus metas", sugiere. (I)