Que cualquier plataforma tecnológica que sirva para acceder al servicio de taxi debe operar con unidades formales es la condición de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) que empieza a tener acogida en Cabify, una de las empresas que funciona en la ciudad desde hace un año, pero con vehículos particulares, no legalizados.

Santiago Borja, gerente de la compañía en Guayaquil, señaló ayer que desde junio pasado hay un grupo de conductores de taxis convencionales, amarillos, que ha recibido capacitación de la empresa en cuanto al manejo de la plataforma y los protocolos de atención al cliente que se aplican.

Aunque aún no tienen una fecha, dijo que muy pronto se abrirá una categoría de taxis amarillos, y que por eso a través de su página web, la empresa lleva adelante un proceso de reclutamiento de conductores de ese gremio.

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Sostuvo que ese acercamiento ha sido directamente con choferes, no con las cooperativas de taxis convencionales.

Borja mencionó que en este año de operaciones registran un crecimiento semanal del 20%. Evitó dar cifras de los conductores que usan la plataforma “por políticas globales”.

El gerente refirió que los requerimientos a los conductores de taxis formales son los mismos que se aplican para los choferes particulares.

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Entre esos: que el vehículo sea mínimo del año 2008, que la licencia esté vigente, que el conductor tenga un récord policial limpio. Esto, dijo, a más de procesos internos como pruebas psicotécnicas que se aplican a los aspirantes.

Al respecto, George Mera, presidente de la Unión de Taxistas del Guayas, dijo desconocer que alguno de los agremiados en este frente esté incorporando a su servicio la plataforma Cabify. Más bien, remarcó, los conductores de taxis legalizados trabajan con la aplicación móvil Un taxi, sostuvo.

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Mera rechazó la presencia de las compañías internacionales como Cabify y Uber, que empezó a funcionar ayer en el Puerto Principal. Dijo que no cumplen con el reglamento expedido para el caso por la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).

Según el dirigente, de 12 mil integrantes del gremio, actualmente 3 mil conductores utilizan la aplicación Un Taxi.

En junio pasado, durante una marcha de los taxistas convencionales en contra de las aplicaciones internacionales, Mera señaló que aquellos conductores que integren a su servicio esas plataformas serían expulsados de sus cooperativas.

De su parte, Andrés Roche, gerente general de la ATM, ha mencionado que el taxismo tradicional debe mejorar la calidad de sus servicios implementando justamente este tipo de herramientas tecnológicas.

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La ATM advirtió con una “enérgica aplicación de la ley” a las plataformas que no interactúen con el taxismo legal.

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En tanto, Cristina Villarreal, gerenta de Comunicación de Uber para América Latina, refirió el miércoles pasado que no tienen entre sus planes incluir a taxistas profesionales ni taxis amarillos entre sus “socios conductores”.

Adujo que ellos ofrecen un servicio particular que en otros países ya ha sido regulado, y que han tenido acercamientos con las autoridades para eso. (I)