En el país había en el 2012 una prevalencia (casos en total) de 15.000 personas con diabetes; pero en el 2016 el registro solo de casos nuevos fue de 31.446 en la zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán). Es decir, hubo un incremento considerable, o alarmante, de la cifra.

Yaniseis Laguna, responsable de la Estrategia de Pie Diabético de la zona 8, ofreció ayer esas estadísticas como antecedente local de esta enfermedad, durante el Panel Internacional sobre Experiencias en Ecuador y México del Manejo Integral del Pie Diabético, que se realizó en el auditorio del hospital del Guasmo, al sur de la ciudad.

Justamente una de las complicaciones que tienen estos pacientes es el llamado pie diabético. Las personas con diabetes pierden la sensibilidad en las extremidades inferiores y los pies son los primeros en lesionarse. “A veces con un roce (del zapato), no se dan cuenta y eso avanza, se infecta. Una lesión que puede ser tratada adecuadamente evoluciona y puede terminar en amputación”, explicó Luis Casanova, líder de la Unidad de Pie Diabético del hospital del Guasmo.

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Esta unidad remplaza a la que existía en el hospital Abel Gilbert, en el suburbio. En abril se abrió el servicio y se atiende a unos 40 pacientes al día.

En el 2016, 1.268 se atendieron en el hospital Abel Gilbert –el único que tenía ese servicio en el sector público– y de ellos, a 266 (17%) les hicieron amputaciones. Esta cifra se busca reducir con la propuesta de salud de la zona 8.

El plan consiste en prevenir, detectar tempranamente y tratar las úlceras desde el nivel primario de atención, para mejorar la calidad de vida y reducir las amputaciones. Por ello se abrieron diez puntos fijos con médico general y una enfermera para que den esta atención. Hay uno en cada distrito.

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Los especialistas recomiendan autoexaminarse y apenas detecten alguna lesión en el pie acudir al centro de salud para tratarse y que no avance la úlcera o infección.

Fermín Martínez, presidente fundador de la Asociación Mexicana de Pie Diabético, compartió las estrategias de su país con médicos ecuatorianos y reconoció el trabajo local en la aplicación de los cuidados desde la atención primaria. Afirmó que en dos años se deben conocer los resultados del trabajo preventivo. (I)