Turquía despidió este sábado a casi 4.000 funcionarios, en una nueva purga tras el golpe de Estado fallido del pasado julio, y anunció el fin de los programas de citas en televisión, muy populares en el país.

Un total de 3.974 trabajadores públicos fueron destituidos, incluyendo 1.000 empleados del ministerio de Justicia y más de 1.000 personas que trabajaban para el ejército, según un decreto de urgencia, que detallaba los nombres de los despedidos.

Turquía se halla bajo estado de emergencia desde el fracaso de un golpe de Estado hace nueve meses, atribuido por el régimen a los simpatizantes de un predicador exiliado en Estados Unidos, Fethullah Güllen, cuyo movimiento tenía gran influencia en numerosos sectores del país.

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Entre los despedidos también hay más de 100 pilotos del Ejército del Aire, y casi 500 profesores y académicos que trabajan en instituciones públicas.

Hace tres días el Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan también anunció la detención de otras 1.000 personas y la suspensión de más de 9.100 policías.

Güllen asegura desde su refugio en Estados Unidos que su movimiento, una especie de cofradía religiosa, no tiene nada que ver con el intento de golpe.

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Paralelamente, otro decreto anunció que como parte del estado de emergencia, los programas donde la gente, en su mayoría jóvenes, acuden para buscar amistades o relaciones amorosas, no pueden seguir siendo difundidos.

"En los servicios de radio y televisión, dichos programas en los cuales la gente se presenta para buscar amistades (...) no pueden ser permitidos" explicó el decreto oficial.

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El viceprimer ministro Numan Kurtulmus ya anunció en marzo que el Gobierno preparaba esa prohibición por motivos morales.

"Hay algunos programas raros que dañan la institución de la familia y le arrebatan su nobleza y santidad" explicó Kurtulmus.

El presidente Erdogan consiguió este mes, mediante un polémico referéndum, ampliar de forma sustancial sus poderes. (I)