En la homilía pronunciada en la misa de la Pascua de Resurrección, en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el papa Francisco destacó que Jesús resucitado es “la piedra descartada que se convirtió en fundamento de nuestra existencia”, y destacó que la resurrección da sentido a los sufrimientos.

El portal Aciprensa reseña que Francisco se preguntó: “¿cómo es posible que si Jesús ha resucitado sucedan tantas desgracias: enfermedades, tráfico de personas, guerras, destrucción, venganzas, odio? ¿Dónde está el Señor?”.

En la homilía, el pontífice recordó cómo tras la cruz vino la confusión entre los discípulos de Jesús. “Tenían el corazón cerrado. Pasaron toda la jornada encerrados en el cenáculo porque tenían miedo de que les pasara a ellos lo que le pasó a Jesús. Sentían la tristeza de una derrota. El maestro, su maestro, aquel que tanto amaban, había sido ajusticiado y muerto, y de la muerte no se regresa. Esta es la derrota, este es el camino de la derrota, el camino hacia el sepulcro”, mencionó Francisco.

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Pero inmediatamente llegó la alegría, pues cuando acuden al sepulcro lo encuentran vacío y “el ángel les dice: ‘No está aquí, ha resucitado’. Es el primer anuncio. La Iglesia no deja de decir, ante nuestros fracasos, ante nuestros corazones cerrados, ‘detente, el Señor ha resucitado’”.

Francisco relató una conversación con un joven enfermo, a partir de la cual reflexionó sobre el sentido del sufrimiento en el mundo. “Ayer llamé por teléfono a un joven con una enfermedad grave. Se trata de un joven culto, un ingeniero. Hablando con él, para dar un signo de fe, le dije: ‘no hay explicación para lo que te sucede. Mira a Jesús en la cruz. Mira lo que hizo Dios con su hijo. No hay otra explicación’. Y él contestó: ‘Sí, pero a Él se lo pidieron, y dijo que sí. Sin embargo, a mí nadie me ha preguntado si quería esta cruz, y no he dicho que sí’”.

El papa mostró comprensión ante las palabras de este joven: “A ninguno de nosotros nos han preguntado si estamos dispuestos a ir adelante con nuestra cruz y, sin embargo, tenemos que portarla. Y entonces la fe en Jesús se viene abajo”.

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El papa concluyó con una petición a todos los congregados en la Plaza de San Pedro, que siguieron la misa bajo una fuerte lluvia: “Vuelvan a sus casas hoy repitiendo en sus corazones: ‘¡Cristo ha resucitado!’”. (I)