Rusia reaccionó ante los ataques militares de Estados Unidos a su aliado Siria cortando una línea de comunicación directa diseñada para impedir colisiones aéreas, una respuesta que demuestra la disposición de Moscú para desafiar a Washington y que incluso podría llevar a las dos superpotencias nucleares hacia un enfrentamiento militar.

El presidente Vladimir Putin indicó que estaba dispuesto a correr el riesgo de un choque con Estados Unidos y descartar las esperanzas de reparar los lazos con la Unión bajo la presidencia de Donald Trump antes que aceptar la humillación de observar en silencio el bombardeo a un aliado.

La decisión de Moscú de suspender la línea de comunicación instalada tras el inicio de la campaña aérea rusa en septiembre de 2015 significa concretamente que aviones rusos y estadounidenses podrían aproximarse unos a otros en misiones de combate, lo que eleva el riesgo de colisiones imprevistas o deliberadas en los transitados cielos de Siria.

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Al congelar el canal de información entre dos poderosas fuerzas armadas, Moscú le indica a Washington que no tolerará nuevos ataques a instalaciones sirias.

Siria cuenta con aviones y sistemas antimisiles anticuados de la era soviética, mientras que Rusia ha apostado decenas de aviones y baterías antiaéreas de última tecnología en su base en la provincia costera de Latakia. También tiene una base naval de importancia estratégica en el puerto de Tartus, protegido por la defensa aérea.

El Ministerio de Defensa ruso elevó la apuesta al informar que reforzará las defensa aéreas sirias.

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Represalia por ataque químico

Funcionarios estadounidenses acusaron a Rusia de incapacidad de garantizar el cumplimiento por el presidente sirio Bashar Assad de un compromiso en 2013 de destruir su arsenal químico. Estados Unidos dice que se usaron armas de ese arsenal en un ataque que mató esta semana a decenas de civiles en Khan Sheikhoun, provincia de Idlib.

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Trump mencionó el ataque químico al justificar el ataque con misiles a una base aérea siria. Pero el Kremlin insiste que el gobierno de Assad no fue responsable del ataque y que los civiles de Khan Sheikhoun quedaron expuestos a agentes tóxicos de un arsenal rebelde alcanzado por aviones del gobierno sirio.

"El presidente Putin cree que los ataques estadounidenses en Siria representan una agresión contra un estado soberano en violación del derecho internacional bajo un pretexto traído por los pelos", dijo el vocero Dmitry Peskov. "La medida de Washington asesta un golpe significativo a las relaciones Rusia-Estados Unidos, que ya se encuentran en estado deplorable".

Antes del ataque a la base aérea, Estados Unidos había evitado atacar las fuerzas de Assad por temor a provocar un choque con las fuerzas armadas rusas. (I)