El baño de la habitación número ocho, en el sexto piso del hospital José Carrasco Arteaga, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Cuenca, es el único refugio en donde Nancy Salazar puede llorar y hasta enojarse, para recuperar las fuerzas y continuar.

Ella vive en ese lugar desde el 27 de febrero de 2010. Allí cuida a su hijo Ramón Góngora, quien un día antes ingresó a esa casa de salud para una cirugía de rinoplastia (limpieza de las fosas nasales) ya que fue diagnosticado de sinusitis, pero nunca se recuperó y más bien quedó como un vegetal.

El joven, padre de dos niños, una de 3 años y otro que venía en camino cuando ocurrió el incidente, trabajaba como guardia de seguridad en Cuenca, pero su madre vino desde Esmeraldas, su tierra natal, para encargarse de cuidarlo.

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“Hasta hace un año yo misma le hacía la rehabilitación física, me tomaba hasta tres horas mover sus extremidades y recuperó toda su masa muscular”, recuerda Salazar, sin dejar de revisar que en la cama de su hijo no haya nada que lo incomode, mientras el joven que ya cumplió 30 años abre los ojos y emite sonidos guturales porque respira por la tráquea.

La madre cumplió 49 años y toda su familia en Esmeraldas la esperaba en octubre para celebrarlo, Salazar les contó que Ramón sería trasladado hasta la casa que construyó con los $ 30 mil de indemnización, por el juicio que ganó a fines de 2015 por presunta negligencia médica. Por la sentencia, además recibe $ 689 de canasta familiar.

La fiesta quedó en sorpresa, ya que la oferta que Salazar asegura le hizo la administración anterior del hospital nunca se concretó. “Luego me dijeron que en Navidad ya podré estar con mi familia y después que en Año Nuevo”, insistió.

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Pero hasta la semana pasada, Góngora y su madre permanecían en la sala hospitalaria. Andrés Cadena, gerente del hospital José Carrasco Arteaga, aclaró que no fue una oferta de la administración, sino un pedido. “La madre del paciente Góngora ha solicitado que se den las facilidades del caso para el traslado hacia su hogar en Esmeraldas, situación que la estamos analizando”, indicó el gerente.

El análisis de este posible traslado empezó en diciembre anterior y ya se resolvió que cada tres meses recibirá la medicina y los insumos para su cuidado, además de cobijas y sábanas. También se consiguió la cama que requiere el paciente.

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Hasta la fecha falta por establecer un acuerdo interinstitucional entre el Ministerio de Salud Pública (MSP) y el hospital del IESS de Esmeraldas para garantizar que el paciente tenga atención en su domicilio. “Solo necesito una persona que me ayude por las noches, porque a la final yo lo cuido aquí las 24 horas del día”, dijo Salazar, quien duerme en la misma habitación de su hijo.

En la sentencia del Tribunal Contencioso Administrativo de Cuenca se determinó que el hospital atienda integralmente a Ramón Góngora. (I)