Llegaba cada jueves o viernes en un helicóptero Robinson 66 de color blanco. Quienes conocían al subcontratista de Petroecuador, Armengol Cevallos Díaz, decían que, junto a una acompañante, aterrizaba en el centro de un terreno de 15.822 m² que había comprado en la vía principal de Olón, en Santa Elena, con vista a la playa. Por tierra, lo seguían desde Guayaquil, en carros de lujo, su chofer, empleados y guardaespaldas.

Él mismo supervisaba la construcción de su residencia de playa en el terreno que había comprado su empresa Vestsacer S.A., a finales de 2014, por un valor de $ 1,6 millones, según registros de su compañía.

Armengol viajó a Olón entre junio del 2015 y marzo del 2016, y se hospedaba en una villa alquilada de la hacienda Olonche, frente a su terreno, de jueves a domingo, cuentan vecinos.

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Desde marzo, nadie ha vuelto a verlo en Olonche. La residencia de playa, a medio construir, quedó abandonada, incluso por los guardias que daban seguridad a la obra, que incluía –según los diseños– canchas de tenis y fútbol con graderíos, 17 parqueos, piscina, jacuzzi, suite para choferes y sala de cine para 16 personas. El costo oficial de la obra era de $ 792 mil.

A través de su empresa Vestsacer S.A. y una vinculada, Plameri S.A., Armengol Cevallos tuvo acceso a unos $ 110 millones en contratos que el exgerente de Refinación de Petroecuador Carlos Pareja Yannuzzelli adjudicó a la empresa Tesca Ingeniería del Ecuador S.A. desde el año 2012, para la repotenciación de la Refinería Estatal de Esmeraldas.

Vestsacer recibió de Tesca los contratos y luego los transfirió a otras empresas para que ejecutaran las obras, algunas de las cuales se iniciaron hace tres años, como la construcción de tanques para almacenar líquidos, y aún están inconclusas.

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La gerenta de Vestsacer, Priscilla Cevallos, no aceptó entrevistas y dijo que su hermano Armengol está de vacaciones: “A él no le gustan las entrevistas”.

El nombre de Armengol Cevallos, un ingeniero industrial de 54 años que evita las fotografías, es conocido entre los contratistas petroleros y funcionarios de la Refinería de Esmeraldas, en la que laboró en el área de seguridad industrial en los noventa, la misma época en la que trabajó Carlos Pareja Yannuzzelli, entonces inspector de Hidrocarburos y luego vicepresidente de Petroindustrial.

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Pareja, hoy prófugo, es investigado por la Fiscalía por haber recibido sobornos de contratistas a cambio de contratos.

Armengol salió de Petroecuador hace unos 15 años, y se volvió contratista de seguridad ambiental, cuentan excompañeros. Según la Superintendencia de Compañías, en el 2003 creó la empresa Seguambiente S.A., junto con su primo Glubis Cuero Díaz (hoy dueño de Plameri S.A.) y su tío Mario Díaz.

Este último fue dueño de Ferroservi S.A., que en el 2004 recibió un contrato de $ 44 mil del superintendente de la Refinería de Esmeraldas, Renán Boada (quien luego pasó a Ditecservice S.A., que hoy es del yerno de Armengol). Este contrato fue auditado por la Contraloría, que señaló que en el proceso se usaron cotizaciones falsas.

Por ello, la Contraloría estableció indicios de responsabilidad penal contra Eduardo Valderrama Ruiz, entonces funcionario de Petroindustrial y más tarde contratista de Petroecuador. Hoy Valderrama está preso y acusado por la Fiscalía de haber participado en el enganche de coimas, en el caso de corrupción de la estatal petrolera.

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La empresa Seguambiente S.A., de Armengol Cevallos, recibió de Petroindustrial cuatro contratos en el 2007, por un total de $ 3,2 millones, contratos también cuestionados por una auditoría petrolera que señaló que la compañía no tenía la experiencia necesaria ni la licencia ambiental obligatoria.

Seguambiente fue declarada contratista fallida y quedó imposibilitada de contratar con el Estado en el 2008. Ese año se creó la compañía Vestsacer S.A., de Armengol Cevallos, pero en sus primeros años no tuvo gran rentabilidad, según el Servicio de Rentas Internas.

Armengol se trasladó a Venezuela. Su nombre figuró en la junta directiva de la compañía Corporación Oriental de Petróleo, constructora de tanques para almacenar hidrocarburos. Se volvió contratista de PDVSA, hasta que en el 2011 enfrentó un juicio por facturas impagas. Luego, su empresa quedó inhabilitada para contratos públicos en Venezuela.

Regresó a Ecuador y se conectó en el 2012 con la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas en Petroecuador, convertida ya en empresa pública y dirigida por Carlos Pareja Yannuzzelli, primero como gerente de Refinación y más tarde como gerente general y ministro.

A partir de ese año, Vestsacer S.A., que hoy le pertenece a Armengol, se vuelve rentable. Según el SRI, pasó de pagar $ 3.670 por impuestos en el 2011 a $ 482 mil, en el 2015.

El crecimiento de su compañía se reflejó en la compra de bienes, a partir del 2013. A nombre de Vestsacer, Armengol registra, además del terreno en las playas de Olón, otro lote en Olón y uno en La Libertad; dos oficinas y dos parqueos en el edificio Trade Building de Guayaquil; y ocho carros, tres de ellos de lujo (un modelo BMW 2013, un Porsche 2014 y un Jeep Ford 2015). El avalúo 2016 de estos tres últimos autos asciende a $ 220 mil, según el SRI.

A su nombre compró en el 2014 un departamento en el edificio Casa Magna, de Salinas. Y a nombre de un familiar consta un terreno de 1.998 m² en Esmeraldas, en la vía hacia el aeropuerto de Tachina, donde se levanta una mansión de reciente construcción con vista al mar. Ahí llegaba también en su helicóptero Robinson 66, de propiedad de otra empresa manejada por familiares. Ahí llegaba hasta marzo, mes en que registró su salida del país. (I)