“Pedimos justicia porque en medio de esta maraña de acontecimientos murió mi niña, hubo negligencia en estas cosas (...), se hizo una liposucción inducida por un programa (...), hay publicidades que inducen a cánones de belleza tontos, a caer en manos de seudocirujanos”, dice Edwin Montenegro, padre de Melanie, la actriz y modelo de 22 años que murió el 23 de diciembre último, al someterse a una cirugía plástica corporal en un centro de cirugía estética del sur de Guayaquil.

Los familiares de la joven, quien dejó en la orfandad a una niña de 3 años, sostienen que su muerte se produjo por una mala práctica profesional (médica). Al día siguiente, ellos pusieron una denuncia en contra del doctor que la operó por el presunto delito de homicidio culposo por mala práctica profesional.

No es el primer caso en Ecuador en el que un ciudadano muere al realizarse una cirugía estética. María Alemán Bravo, de 31 años, falleció el 12 de julio de 2016 por una liposucción en un centro estético quirúrgico, en el norte de Guayaquil.

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Catherine Cando, reina de Durán 2014 y quien tenía 19 años, perdió la vida el 10 de enero de 2015 cuando se sometió a una lipoescultura en una clínica privada del norte de Guayaquil. En ese entonces sus familiares dijeron que el médico que la operó le insistió en varias ocasiones que se hiciera la cirugía estética, la cual no necesitaba.

También están las historias de hombres y mujeres que denunciaron a quienes los operaron por las lesiones que les dejaron, en lugar de mejorar su apariencia. En unos casos las denuncias fueron archivadas porque ya prescribió el hecho.

En el caso de Melanie, el galeno implicado en su muerte dijo, el viernes último en la clínica donde murió la joven, que él y su personal no actuaron de mala manera y que están dispuestos a colaborar en todo.

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Los padres de la modelo contaron que el día del suceso les dijeron por teléfono que la artista había tenido una reacción alérgica. “Ella llegó a las 15:00 o 16:00 de Quito y a las 17:00 ya la estaban operando. No hubo un previo análisis de laboratorio, de ningún tipo, y la metieron al quirófano (...). Se supone que si se va a operar tiene que estar acompañada de alguien (no sola). Le hacen firmar, después de recibir la plata, de garante de su propia vida”, afirma el padre de Melanie. La Fiscalía investiga esta muerte. Y el Ministerio de Salud abrió un proceso investigativo para saber si se cumplieron los protocolos.

Fallecida reina

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Betsabé Cornejo, madre de Catherine Cando, reina de Durán 2014, asegura que aún no se ha hecho justicia para su hija y que el proceso, que no pasó de la indagación previa en Fiscalía, estaría por desestimarse. Según ella, se ha comprobado que el galeno que operó a su hija no tenía título de cirujano plástico.

Nelson Estrella, cirujano plástico y perito calificado en cirugía plástica y reconstructiva del Consejo de la Judicatura, dice que el usuario debe buscar un profesional calificado, con título de cirujano plástico –el cual se puede comprobar al ingresar a la web de la Senescyt– y que pertenezca a un gremio reconocido de la rama.

Según él, en Guayaquil hay más de 30 personas que estarían haciendo cirugías estéticas sin ser profesionales calificados, los cuales cobran la mitad de lo cuesta una operación.

Él, como perito, dice que en 2016 conoció unos diez casos de denuncias por negligencia (mala práctica profesional), donde la mayoría de afectados reclama por lesiones en la nariz, tras una rinoplastia.

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En anuncios publicitarios, sobre todo en internet, se promocionan cirugías a bajos precios (rinoplastia en $ 450, cuando cuesta unos $ 1.500); combos como lipoescultura más abdominoplastia, y otros. Unos tienen videos explicativos de las intervenciones realizadas y de las promociones. También están los foros o chats, donde los interesados preguntan si es posible hacerse dos, tres y hasta cuatro intervenciones o “retoques” en una sola cirugía. (I)