El papa Francisco participó este lunes en una ceremonia por el 500 aniversario de la Reforma Protestante, donde oró con los jerarcas de la Iglesia luterana nacional y pidió a católicos y luteranos ir más allá de los “errores” del pasado para forjar una mayor unidad, inclusive la participación común en la Eucaristía

En un gesto histórico de unidad ante el gran cisma de la iglesia cristiana occidental, Francisco fue recibido con aplausos, himnos y el tañer de las campanas en la catedral de Lund. El papa y los jerarcas de la Federación Luterana mundial oraron en presencia del rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia.

Deploraron las divisiones y culpas del pasado y pidieron perdón por las muertes y el dolor causado por sus divisiones.

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Francisco rezó para que el Espíritu Santo “nos ayude a festejar los dones que han llegado a la Iglesia a través de la Reforma, nos prepare para arrepentirnos de los muros divisorios que nosotros y nuestros antecesores hemos construido y equiparnos para dar testimonio y servir juntos en el mundo.”

Guerra religiosa

Cuando comenzó la Reforma hace cinco siglos, en Suecia los católicos que la rechazaban eran castigados con la deportación o la muerte. La extensión del protestantismo dio lugar a guerras religiosas, incluida la Guerra de los 30 Años en 1618-1648, uno de los conflictos más sangrientos en Europa.

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Aunque la visita fue una sorpresa en un principio, tanto el Vaticano como la Iglesia luterana insistieron en que el acto no es una celebración de la rebelión de Lutero. En cambio, señalan, es una solemne conmemoración para pedir perdón por el cisma en la cristiandad occidental y celebrar la mejora de las relaciones en las cinco últimas cinco décadas.

Francisco ha priorizado esta clase de encuentros de profundo simbolismo para demostrar que aunque divididos en su dogma, los cristianos pueden y deben trabajar y rezar juntos, especialmente en épocas de persecución religiosa.

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“Si no lo hacemos, los cristianos nos hacemos daño por división”, dijo Francisco en una entrevista este fin de semana con una revista jesuita.

Después del oficio en Lund, las delegaciones vaticana y luterana se dirigían en autobús a un acto para destacar los esfuerzos pacificadores y humanitarios de ambas iglesias. Encabezarán la lista de oradores varios refugiados y el obispo católico de la castigada ciudad de Alepo, Siria.

El martes, Francisco celebrará una misa en el estadio deportivo de Malmo, agregada a último momento cuando la pequeña comunidad católica sueca manifestó que el papa los ignoraba y solo asistía a una conmemoración protestante.

“Quise insistir en un testimonio ecuménico”, dijo Francisco en una entrevista. “Entonces pensé en mi función como pastor de una grey católica” y se agregó la misa y un día más en el país. (I)

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