Templos en miniatura llevaban en las manos niños, jóvenes y adultos, como si se tratase de arquitectos. No obstante, ellos estaban reunidos en el parqueadero contiguo al inicio del camino que lleva al santuario Blanca Estrella de la Mar, en la comuna Olón, provincia de Santa Elena.

Fue el sábado último, día en el que se desarrolló la tradicional procesión por la Natividad de la Virgen María, que convocó a fieles de al menos 17 recintos cercanos, devotos y turistas de varias ciudades del país, como Guayaquil.

La imagen de la madre de Jesús estaba adornada con rosas de varios colores y fue custodiada por miembros del Grupo de Oración San Gabriel Arcángel, proveniente de Guayaquil. Estudiantes de la Unidad Educativa Santa María del FIAT reverenciaron a la Virgen con las tradicionales antorchas.

Publicidad

El santuario organiza cada año el concurso de antorchas. Se trata de una tradición que consiste en elaborar especies de dioramas o maquetas alusivos a la Virgen María, que son alumbrados con pequeñas linternas o focos adaptados a las manualidades, contó Rina, una de las voluntarias que ayudaron en la organización de esta tradicional muestra de fe de Olón.

Luis Bazán llegó de Manglaralto con un diseño en cartón, algodón y una estatuilla de la madre de Jesús. Él dijo que es muy devoto “de la madrecita”, porque en su familia no han faltado la salud ni el trabajo.

La procesión partió pasadas las 17:30. Los peregrinos iban lentamente por un camino empinado y con curvas. La noche avanzó y decenas de velas y luces se encendieron, a la par del rezo del rosario, que se escuchó durante el recorrido.

Publicidad

En la recta final, un cántico dio la bienvenida a la imagen, que pasó al área preparada para la ocasión, junto al santuario.

Allí, el arzobispo de Guayaquil, Luis Cabrera, en compañía del rector y exrector del santuario, los padres Helmuth y Othmar, en su orden, oficiaron la misa de acción de gracias por la Natividad de la madre de Jesús y por los 32 años de la inauguración de este edificio, ubicado en un empinado cerro.

Publicidad

“En esta noche estamos invitados a reconocer las bondades, las bendiciones, lo extraordinario que Dios ha hecho en nuestra vida”, conminó el arzobispo Luis Cabrera a los feligreses, en relación con la gracia que le fue otorgada a María en ser la madre de Jesús. (I)