Ser el testimonio del milagro que derivó en la santificación de Narcisa de Jesús es una bendición, un regocijo que Edermina Arellano Plúas lleva siempre consigo. Más aún ahora que es madre, luego de que en la niñez superara un defecto anatómico en sus órganos genitales, una obra que el Vaticano atribuyó a la intercesión de la santa noboleña, la tercera de Ecuador.

No obstante, ese protagonismo que adquirió siendo apenas una niña también arrinconó a Edermina a vivir entre dilemas, que con su maternidad, a los 31 años, se van dilucidando.

Mientras acaricia sutilmente la cabeza de su bebé, nacido el 9 de este mes, cuenta que desde pequeña recibió sugerencias de sus familiares, amigos y de sacerdotes cercanos, para que se inclinara por la vida religiosa.

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Ella, sin embargo, optó por la vida en familia, y por eso disfruta de su primogénito, para quien ya tiene pensado un nombre: Jonathan de Jesús, aunque aún analiza opciones.

Sonriente, Edermina recuerda que cuando se enteró de su embarazo se puso feliz, pero a la vez se tensionó al pensar en qué diría la gente que la exhortaba a hacerse religiosa por estar ligada a un milagro.

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Pensé ahora qué se viene, qué va a suceder (...), nadie sabía ni siquiera que me había comprometido, nadie”, refiere, y confiesa que por esa sensación de miedo se alejó de sus actividades cotidianas durante los nueve meses de gestación.

Dejó de ir a la catequesis para los niños que se preparaban para la confirmación en la capilla Santa Narcisa de Jesús, del recinto Las Jagüitas, cantón Colimes, donde vive.

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La costura, un oficio que aprendió en su adolescencia y juventud, y que le sirve para obtener ingresos, también quedó relegada, para evitar complicaciones por el trajín.

Esa especie de reserva se mantuvo hasta el día del alumbramiento en una clínica privada del cantón Daule, desde donde la noticia de la maternidad de ‘la chica del milagro de Narcisa’ empezó a difundirse.

“Las cosas de Dios no se esconden (...) es un milagro más porque por ese milagro pude tener a mi hijo”, expresa con seguridad, mientras observa una imagen de santa Narcisa de Jesús, que reposa en la capilla que está al frente de su casa.

Creo que me sentiré más feliz, más liberada porque lo que tenía que suceder, ya sucedió. Edermina Arellano

Que el ejemplo de la santa noboleña se puede seguir desde el laicismo, sostiene, y por eso anhela inculcar a su pequeño los valores morales y éticos que ella recibió de su familia.

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Con su pareja, William García, de 29 años, y con quien tiene año y medio de relación, planea casarse pronto. Y espera hacerlo en la capilla que la comunidad levantó en el 2008, después de que Narcisa de Jesús fuera elevada a los altares (el 12 de octubre de ese año).

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“Todo se irá dando conforme a los designios de Dios, según su voluntad”, menciona.

El monseñor Antonio Arregui, exarzobispo de Guayaquil, dice sentirse contento con la decisión de Edermina de formar una familia. Sostiene que haber recibido un milagro no necesariamente implicaba que surgiera una vocación religiosa. “Es importante que su nueva vida siga desenvolviéndose con los parámetros de Dios”, cita el exlíder de la Iglesia. (I)

Detalles
Santos en ecuador

Vida de ejemplo
Marianita de Jesús fue elevada a los altares en junio de 1953, por el papa Pío XII. El hermano Miguel fue canonizado por Juan Pablo II, en octubre de 1984. Y Narcisa de Jesús por Benedicto XVI, el 12 de octubre de 2008.