Una ciudad se conoce recorriendo sus calles, descubriendo los rincones en los cuales ella cobija a sus habitantes; sus viviendas, espacios comerciales o de diversión.

Las calles céntricas de Guayaquil -sobre todo- deben su denominación a personajes, hechos y lugares que la han configurado a lo largo de sus siglos.

Revise aquí el Especial: Las calles de Guayaquil

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En el primer tomo de su obra Las Calles de mi ciudad, el historiador José Antonio Gómez Iturralde detalla que en 1901 siendo Emilio Estrada Carmona el presidente del Concejo Cantonal de Guayaquil, y basado en un plan de la Junta Patriótica del Centenario, surge un intento por planificar la ciudad con un diseño de calles rectas, amplias y arboladas, a la moda europea.

Esta fue una de las múltiples acciones que los guayaquileños desarrollaron desde los primeros asentamientos en la ciudad de Santiago de Guayaquil que este 2016 arriba a los 481 años de fundación.

A partir del año 2001, el Municipio de Guayaquil implementó la nomenclatura alfanumérica (de letras y números) en barrios y calles. Para eso se dividió a la urbe en cuatro cuadrantes (norte oeste y este, suroeste y este) teniendo como punto cero la intersección de las avenidas Quito y Nueve de Octubre.

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La finalidad de esta medida fue ordenar y dar uniformidad a la manera en que se identifican parroquias urbanas, barrios, vías, parques y plazas, para facilitar a los ciudadanos su orientación y localización.

Sin embargo, los nombres tradicionales son los que más se utilizan.  De ellos, hemos destacado en esta ocasión 14 calles para que los habitantes de Guayaquil y sus visitantes conozcan la razón de sus nombres o por qué los comerciantes convirtieron calles como Rumichaca en la zona de las ferreterías, o la calle Junín en la nueva zona de hoteles. (I)