Olas que llegan a casi tres metros de alto reventaron el martes pasado en playas de Mar Bravo, Punta Carnero, La Diablica, en Salinas, Santa Elena.

El mar se agitó por los efectos de un proceso de oleaje que afecta a la zona costera del país, según el Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar), y cuyo fenómeno coincide con una fase de aguaje.

Pescadores de Salinas, como Juan Tomalá, se mostraron tranquilos frente a estos fenómenos porque tienen claro “que cada vez que hay luna llena el mar está bravo”.

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El aguaje persistirá hasta hoy; en cambio, el oleaje estará presente hasta mañana.

El impacto de las olas con el perfil costero se convirtió también en una atracción para ciudadanos como Aldo Rosero.

“Son un espectáculo, lo único es que exista prevención, la gente no debe ingresar al agua, pero sí disfrutar de las olas”, comentó Rosero.

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Según informó el Inocar a través de un boletín de prensa, la altura promedio de las olas es de 2,7 metros. Ante esto, autoridades locales pidieron a los turistas que estén atentos a las señales de prevención que se instalen en las playas, como las banderas rojas, que prohíben el ingreso al agua.

El martes pasado, el Cuerpo de Bomberos de Salinas recibió una llamada de auxilio por un percance que dejó con politraumatismos a dos jóvenes que se bañaban en la playa de San Lorenzo, Salinas. Un elemento de esta institución –que prefirió la reserva de su nombre– contó que las mujeres fueron arrastradas por una fuerte ola, pero que otro bloque de agua las regresó a la orilla.

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En Canoa, Manabí, también se sintieron los efectos de estos fenómenos el martes pasado. Allí, tres pescadores se salvaron de ahogarse luego de que una ola viró la embarcación en la que se trasladaban. La fuerza de la onda de agua los expulsó y dejó a la deriva.

Jonathan García, Gustavo Carrillo y su tío Víctor Carrillo salieron a recoger la red que habían dejado tendida la noche del lunes anterior frente a la punta de Canoa en una zona rocosa, por lo que decidieron ir la mañana siguiente.

García contó que el mar estaba calmado y comenzaron su tarea sin mayores problemas, pero que minutos después de ir a recoger la última parte de la malla “el mar se comenzó a revolver”. En cuestión de pocos minutos las olas viraron la panga. Añadió que su hermano los rescató en otra embarcación.

El Inocar informó además que hoy se espera la llegada de “un nuevo tren de ondas (olas)” de 2,8 metros de altura, hasta mañana. (I)

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