Linda Guevara Sánchez había empacado sus enseres y ropa entre el sábado y la mañana del domingo. Tenía casi todo listo para cambiarse a otro departamento con sus dos hijos esa noche. Pero horas antes, su esposo Renato Ponce Sánchez lo impidió y, según las primeras investigaciones de la policía, la degolló y luego se ahorcó en su casa, en la Florida Norte.

Antes, Ponce habría enviado a sus hijos, de 19 y 5 años, al ciber y les pidió que se demoren una hora. Luego del hecho, él le envió un mensaje a su hermana contándole que había matado a su esposa, narró Iván Guevara, hermano de la occisa, en el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses.

Añadió que su hermana, de 36 años, había tomado la decisión de separarse de su conviviente (44), con quien mantuvo una relación por 22 años, porque supuestamente era “muy celoso”.

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“Él la celaba con todo. Él la había amenazado con que se quitaría la vida, pero ella se quería separar, la hija la apoyaba. Un día antes había pintado el nuevo departamento. Le pedí que me avisara cuando se cambie, pero no me avisó”, dijo entre lágrimas.

Una amiga de Ponce, que pidió la reserva de su nombre, sostuvo que jamás los había escuchado discutir y se mostró sorprendida por lo sucedido.

Asimismo, Carmen, vecina de la familia, comentó que era una pareja normal y que no había escuchado peleas. Ese día, el domingo, escuchó quejidos y como que arrastraba algo.

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Contó que cuando los hijos llegaron del ciber a la casa, alrededor de la 13:00, se encontraron a la tía –que había recibido el mensaje de texto del ahora occiso– llorando. Luego de contarle sobre el mensaje que había recibido, la hija, de 19 años, empezó a llamar a sus padres.

Ponce se asomó y le habría pedido que suba, pero no lo hizo porque se le quedaron las llaves. “La chica le gritaba qué le hiciste a mi mamá, le tiró piedras a la ventana, pero no volvió a salir. Unas 45 minutos después lograron ingresar a la casa, pero ya ambos estaban muertos”, expresó la vecina.

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Los familiares de Ponce prefirieron no dar declaraciones. Él trabajaba llevando almuerzos a la Bahía y Guevara tenía un gabinete. Ambos eran oriundos de Jipijapa, Manabí, por lo que los cuerpos fueron trasladados al mediodía de ayer a su tierra natal.

La violencia intrafamiliar es un problema que aqueja al país. Entre el 29 y el 31 de mayo se registraron tres agresiones en Durán, Guayaquil y Quito.

A fines del mes pasado, cuando se presentó la campaña No te la juegues, tú vales más para que las personas conozcan qué hacer ante la violencia, la subsecretaria de Seguridad Interna del Ministerio del Interior, Carina Argüello, habló que este año se han registrado 68 muertes por violencia intrafamiliar.

Durante ese acto también se conoció que a nivel nacional se han recibido 30.000 denuncias por ese tipo de violencia.

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Napoleón Velasteguí, sociólogo y catedrático universitario, considera que aunque se está viviendo un periodo de transición en la sociedad aún quedan rezagos de costumbres negativas como golpear a la mujer.

Para el especialista, la violencia intrafamiliar está asociada a la falta de conocimiento e instrucción que tienen algunas personas para poder asimilar los cambios y denunciar este tipo de abusos. Además, dice, que factores como el alcohol, drogas y problemas económicos, generan cuadros de violencia.

Estima que las campañas desde el Estado no son suficientes para reducir la violencia. Cree que en los barrios se deben propiciar la difusión de derechos.

En Durán
Una joven de 17 años recibió diez puñaladas de su exconviviente en el cerro Las Cabras, Durán, el 30 de mayo. La menor, quien llevaba dos semanas separada de la pareja por supuestos maltratos, sobrevivió. Ella estaba embarazada de su segundo hijo cuando fue agredida.

En Guayaquil
Un sujeto supuestamente bajo los efectos del alcohol apuñaló a dos mujeres, madre e hija, en un incidente registrado la noche del 31 de mayo en las calles José de Antepara y Huancavilca, centro de la ciudad.

En Quito
Un mujer fue apuñalada por su conviviente frente a su hija, el 29 de mayo, en el sector de Santa María, en Cochapamba. (I)