A Ángel Basante Sánchez sus amigos del barrio lo apodan irónicamente Chiquilín, porque mide 1,98 metros. Basado en su estatura, él dice que es amante de confeccionar monigotes de alto nivel, por eso desde que tenía 16 años se convirtió en uno de los autores de los gigantes de papel, que en esta época de fin de año son el atractivo del suroeste de la ciudad.

Graduado de bachiller en el colegio Vicente Rocafuerte, este artesano de 32 años comenta que vio en la elaboración de los años viejos gigantes la oportunidad para dar a conocer su creatividad y destreza.

Recuerda que al principio los muñecos no le salían tan bien, pero cada año, con paciencia y perseverancia, fue perfeccionando sus técnicas.

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Para ello, agrega, fue necesario intercambiar ideas con sus amigos que habían incursionado con anterioridad en el arte de crear monigotes gigantes.

Basante, quien se declara hincha del Barcelona, cuenta que su primera creación fue Cell, un personaje de la serie animada Dragon Ball Z, que midió 5 metros. “Me fue bien, aunque me faltaron algunos detalles, porque era mi primer año viejo grande, a la gente le gustó”, rememora el artesano.

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Entre sus monigotes grandes también constan el Demonio de Tasmania (serie Looney Tunes), Pluto (Disney), el perro Odie (de Garfield), entre otros personajes de series animadas.

Pero los muñecos que más han sido de su agrado son los personajes de los filmes que ha visto, entre ellos, Hulk, el cancerbero (perro de tres cabezas), del Dios de la Guerra y el Hombre Lobo, su actual creación.

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Este último lo sacó de la película Inframundo. Por ahora ultima los detalles de este monigote en la 8ª y Ayacucho, donde vive hace tres años con su esposa, Roxana Leitgeber, y la hija de ambos, Valentina.

Basante, quien de martes a domingo trabaja como parrillero en un negocio cercano a su domicilio, menciona que desde que la gente admira sus monigotes le salen “cachuelos” relacionados con su arte, lo que se constituye en una fuente de ingreso adicional.

Refiere que pinta dormitorios para bebés, con personajes infantiles, hace manualidades en fómix, decoraciones para fiestas y dibujos en aerografía.

“A mí me gusta dar a conocer mi arte, mi satisfacción es ver que a la gente le gusta lo que hago, lo que creo”, señala. (I)

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Me gusta que me reconozcan como artesano, de esto vivo. Me piden años viejos, me piden que pinte dormitorios de los niños con dibujos en aerografía”.Ángel Basante, Artesano