El presidente Rafael Correa cuestionó ayer la participación de ciertos invitados en el encuentro que mantuvo el papa Francisco con sectores de la sociedad civil, el martes pasado en la iglesia San Francisco.

En su enlace, transmitido en Puerto López (Manabí), el jefe de Estado dijo que “supuestamente” el papa se reunió con organizaciones sociales; no obstante, resaltó su discurso por ser “claro y contundente”.

“El papa se reunió, supuestamente, con organizaciones sociales, apostólicas; pero en verdad ahí había cámaras empresariales. De repente, gente que se ha pasado insultando al Gobierno... Cléver Jiménez que se victimizan”. Y agregó que lo que hace ese exlegislador de PK “en cualquier otro país, vaya vea lo que le costaría, presentar una denuncia falsa en contra del presidente, pero aquí son víctimas, perseguidos políticos”.

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El papa hizo en ese cónclave un llamado a un diálogo “sincero” en el que las fuerzas sociales sean “protagonistas imprescindibles”. A lo que Correa respondió que ese diálogo debe ser con la verdad, pues “no se puede aceptar a los que mienten”.

La mayor parte del enlace fue un recuento de las actividades que realizó el pontífice en Quito y Guayaquil; y que, según Correa, en la reunión privada que mantuvo en Carondelet, Francisco le había mencionado que “admira” su proceso político.

El jefe de Estado dijo que las palabras del líder de la Iglesia católica serán interpretadas por cada quien, a su conveniencia. “Por el evangelio hay gente que ha cometido genocidio, ha matado, y hay gente que se ha dejado matar; nosotros pertenecemos a ese grupo, en nombre del evangelio podemos perder la vida, pero trataremos de hacer justicia social”, opinó.

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Negó que haya sido pifiado el domingo pasado, cuando arribó el papa a Quito, además de que desmintió que él haya ocupado una limusina en la caravana que iba detrás del visitante.

Correa y el canciller Ricardo Patiño afirmaron que en ese vehículo iba un “embajador de carrera” al que no identificaron.

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Y para desestimar las críticas de que es “un nuevo rico” ofreció que esta semana organizará un encuentro con la prensa, para que conozcan su casa, ubicada en Monteserrín, en el norte de Quito, para que constaten “si tiene una silla más”.

Sobre las concentraciones de días atrás en su contra, develó que se ha identificado a quien presuntamente sería funcionario del Municipio de Quito, y que habría golpeado y lastimado las piernas de un policía. (I)