En una barcaza flotante en las aguas de una entrante del balneario de Salinas fue inaugurada este sábado la temporada de avistamiento de ballenas jorobadas.

Autoridades de este cantón de Santa Elena invitaron a los turistas a presenciar este fenómeno natural que protagonizan estos mamíferos que viajan más de 54 días desde la Antártida hasta las costas ecuatorianas.

Dieciséis botes de operadoras turísticas están acreditados por el Ministerio de Turismo y el Ministerio del Ambiente para ofrecer el traslado de los visitantes hasta la reserva ecológica Puntilla - Santa Elena. El costo del pasaje por persona va desde los 20 hasta los 25 dólares.

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Las ballenas pueden ser vistas desde dos puntos de esta zona protegida. Desde tierra, en la zona conocida como La Chocolatera. Y en el mar, a pocos minutos de zarpar.

Los botes parten desde las 08:00 del muelle de Salinas y durante un cuarto de hora un guía expone sobre la naturaleza del cetáceo mientras la embarcación llega a los sitios de avistamientos.

"Estos animales vienen a aparearse o a dar a luz por la calidez de estas aguas", detalla Carlos Estéfano, uno de los guías.

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Tras el anuncio, autoridades e invitados se embarcaron en varias naves para buscar a los cetáceos.

Gabriela Gálvez dijo sentirse maravillada después de haber visto a una cría con su madre.

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"Esto es increíble. Hay seguridad, es accesible al bolsillo y hay que apoyar esta actividad", comentó Gálvez, quien estaba de visita por Salinas.

Visita de animales

Más de 6 mil ballenas llegan progresivamente, en grupos de 10 o en oleadas, a costas ecuatorianas a partir del mes de mayo. Los mamíferos emprenden en septiembre el periplo de retorno a zonas más frías, según el biólogo Fernando Félix, quien es el autor de la Guía de campo para la observación de ballenas jorobadas en la costa de Ecuador y que trabaja de la mano con varias instituciones públicas para impulsar este proyecto.

Después de unos 20 minutos de viaje, cuando los edificios del concurrido balneario se veían distantes, el conductor del bote apagó el motor. Y en menos de cinco minutos la silueta de los animales marinos atrajo la atención de los visitantes.

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Se trataba de una familia de ballenas, según el guía. Los padres y la cría. Los niños eran los más inquietos por ver a los mamíferos.

"Mira mami. Ahí están las ballenas", decía alguno.

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Al retorno todos quedaron satisfechos, aunque, según el guía, estos animales a veces se muestran tímidos con los turistas.

A propósito de la apertura de la temporada de avistamientos de ballenas se realiza el Festival del Mar en esta ciudad. Hoy se realizó un desfile alegórico y un concurso de esculturas alusivos a los cetáceos. Está noche será la premiación. (I)