Esperando que los días pasen rápidamente para culminar su preparación para la llegada del papa Francisco, el padre Ángel Villamizar, párroco de la iglesia del Cristo del Consuelo, cree que pese a la disminución del aforo para la misa campal, esta “convocará a todos”.

El padre señala que en su parroquia hay mucha expectativa de los devotos del Cristo del Consuelo por asistir al santuario de la Divina Misericordia.

Esto en momentos en que la Iglesia espera el pronunciamiento del Vaticano sobre el anuncio del canciller Ricardo Patiño de que a esa misa solo podrían acudir 11 mil personas, para quienes se garantizaría la seguridad. Más de un millón de fieles iría, en cambio, al Parque Samanes para seguir el acto por medio de pantallas gigantes.

Publicidad

El párroco menciona: “La libertad de culto no se le prohíbe a nadie y la expresión de fe, al pueblo no se le prohíbe”.

Recalca, con una serie de versículos y parábolas bíblicas, que la religión no realiza distinciones de ningún tipo. “Jesús no excluye a nadie y cuando no excluye a nadie, todos llegan (...) yo no le puedo prohibir a la gente que vaya”, expresa.

El miércoles pasado, durante un recorrido de autoridades del Gobierno y una comitiva del Vaticano, la secretaria de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, anunció que la misa, que en primera instancia se preveía para un millón 200 mil personas, solo tendrá una concurrencia de once mil fieles.

Publicidad

“Las personas que asistan a esta misa serán invitadas. Será la Arquidiócesis de Guayaquil o la Conferencia Episcopal Ecuatoriana la que decida quiénes son los invitados”, dijo el canciller Ricardo Patiño.

Luego de la homilía, se espera que el pontífice recorra las inmediaciones del Parque Samanes, a 40 km del santuario, para saludar a los congregados.

Publicidad

Villamizar cree que la visita papal tiene como fin llevar un mensaje al corazón de cada uno de los feligreses. Estima que incluso de Colombia y Perú llegarán católicos.

“El papa viene a un sentido pastoral en el cual orienta a la Iglesia hacia algún horizonte. Que muchos lo hagan político, económico, lo manejen de otra manera... ¿qué podemos hacer?”, reflexionó el sacerdote.

Para él, el aforo de feligreses podría aumentar al planteado. “¿Usted cree que en caso de emergencia los cristianos vamos a darnos palos unos contra otros? Todos debemos entender que nos toca con calma”.

Ante el planteamiento de reducir el aforo a la misa campal, hasta la tarde de ayer, la Arquidiócesis de Guayaquil no tenía una respuesta del Vaticano. “Aún no hay respuesta”, dijo monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, quien agregó que posiblemente hoy les llegaría una notificación.

Publicidad

El papa, el 6 de julio, tendrá además un almuerzo en el colegio Javier y luego retornará a Quito donde cumplirá eventos pastorales hasta el 8. (I)