Miles de sindicalistas, estudiantes y campesinos sin tierra protestaban ayer pacíficamente en 13 estados de Brasil en defensa de la democracia y de la estatal Petrobras, envuelta en un gran escándalo de corrupción.

Los manifestantes acudieron a las marchas convocadas por la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos sociales como los Sin Tierra (MST), afines al gobernante Partido de los Trabajadores. Muchos defendieron a la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta duras críticas por la situación económica y la corrupción en la estatal petrolera.

“Yo estoy a favor de Dilma, de la defensa de la democracia, pero también estoy contra la corrupción”, dijo Gerson Tadeu Conti, un médico de 67 años que protestaba junto a cientos de personas frente a la sede de Petrobras en Sao Paulo.

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Hasta el mediodía de ayer las manifestaciones habían reunido algo más de 13.000 personas, pero la marcha en Sao Paulo recién estaba iniciándose y en Río de Janeiro, Brasilia y otras ciudades aún no empezaba.

Las protestas de ayer se convocaron en vísperas de otras marchas contra Rousseff previstas para mañana en todo Brasil, donde algunos grupos pedirán la destitución de la mandataria. En las redes sociales, donde han sido convocadas estas marchas contra el gobierno, abundan los comentarios que reclaman una intervención militar que ponga fin a más de 12 años de gobierno del PT.

El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, declaró que la posibilidad de que Rousseff sea sometida a un juicio político, como pretenden algunos sectores de la oposición, es “inviable” e “impensable”.

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Dijo que las protestas convocadas para mañana “son legítimas” y “saludables para la democracia”, siempre y cuando se realicen en forma pacífica. (I)