Pintando figuras geométricas, la argentina Ana Paula Chalela se entretiene. Según ella, es parte del proceso de recuperación de las secuelas que le dejó el accidente de tránsito que sufrió en Portoviejo, provincia de Manabí, el pasado 9 de enero.

La joven de 24 años fue dada de alta el último martes, luego de permanecer 18 días asilada, bajo un coma inducido, en el hospital Luis Vernaza, en Guayaquil, a donde fue transferida desde el hospital público portovejense Verdi Cevallos.

Ana Paula se recupera en compañía de su madre, María Inés Castro, quien gracias a las gestiones del Estado llegó al país el pasado miércoles procedente de Argentina, y su padre, Rolando Chalela.

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Los tres comparten un departamento del plan habitacional San Eduardo, junto a la Policía Judicial del Guayas, que les otorgó provisionalmente el Ministerio del Interior.

La joven, oriunda de Bariloche, dijo que no recuerda nada del accidente que sufrió. Lo que narra, sostuvo, es de lo que su padre y allegados le han comentado. “No recuerdo absolutamente nada del accidente. Solo sé que ese día morí y mi memoria quedó con pérdidas parciales, luego reaccioné a los nueve días cuando ya él (su padre) estaba aquí”, sostuvo.

No obstante, lo que sí tiene claro es que aquel día hacía malabares con fuego cerca del centro comercial Paseo Shopping de Portoviejo.

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Sentada en su cama, mientras cubría sus piernas con una sábana, Ana Paula trajo a la memoria el momento en que era trasladada en una ambulancia hasta Guayaquil, trayecto en el que, según ella, murió dos veces. “Me morí dos veces, porque sufrí dos paros (cardiorrespiratorios), debido a los coágulos de sangre que había en mi cabeza; pero, bueno, ahora tengo que esperar seis meses para estar mejor”, expresó Ana Paula.

El accidente le dejó como secuelas problemas con la visión, constante mareo, dolores en los pies y en el estómago, y ausencia del sentido del gusto.

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Manifiesta que se le dificulta identificar a las personas. No alcanza a ver los rostros, solo sombras, y se guía por las voces. Por su estado, aseguró que dejará a un lado el malabarismo y regresará a su país a iniciar sus estudios en artes plásticas.

Sobre la persona que la arrolló, Ana Paula dijo no guardarle rencor, pero sí le exige que al menos la contacte para pedirle disculpas por lo que hizo.

“Él me atropelló y me mató. Cuando se bajó de la moto a tocarme para ver si estaba con vida se fue y me dejó abandonada y no me prestó ayuda. Yo lo que quiero es que él venga a disculparse”, indicó la joven, quien, además, espera que el responsable la indemnice.

La víctima manifestó que la mala experiencia que le tocó vivir no impedirá que siga aventurándose por Latinoamérica.

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“A Ecuador lo recorrí en tres meses, también he estado en Bolivia y Perú, es toda una aventura”, recordó la extranjera, mientras su madre, María Inés Castro, la abrazaba.

La progenitora, al igual que su esposo Rolando, dijo que esperaban regresar lo más pronto a Bariloche, pero que todo dependerá de lo que le digan los médicos en las próximas visitas al hospital. (I)

Familia
Ministerio

Gastos
Rolando Chalela, padre de Ana Paula, indicó que el Ministerio del Interior ha cubierto todos los gastos de atención médica y alojamiento. “Estoy verdaderamente agradecido con el ministro José Serrano”.

Movilización
Un patrullero de la Policía está disponible para trasladar a la joven a las citas médicas, según el mayor Álvaro Andrade.

“En Portoviejo me atendieron mal, me dejaron N.N., pese a que yo tenía mi cédula, pero ellos no la revisaron. Tengo seis meses para recuperarme y no tengo cómo trabajar".Ana Paula Chalela, víctima