La principal consecuencia de una guerra son quienes pierden la vida en ella. En el conflicto bélico entre Ecuador y Perú en 1995, 33 hombres fallecieron y las fotografías de 18 de ellos se exhibieron en una casa abierta que organizó el Ejército ecuatoriano a propósito del vigésimo aniversario de este suceso.

“Muere en acción de guerra” es la frase que consta al final de una leyenda compuesta en los retratos de estos militares, donde se destaca su carrera militar. En una emboscada peruana murieron siete soldados de la patrulla de Carlos Quishpe, sobreviviente del conflicto y hoy sargento primero del Ejército: “No puedo hablar de los 33 porque éramos diferentes patrullas, pero recuerdo que los peruanos sintieron que estábamos avanzando y esperaron escondidos, y al llegar la tarde, tomaron desprevenidos a mis compañeros y casi los aniquilaron. Solo uno se salvó (sin mencionar su nombre), se quedó medio loco de esa vivencia”, relata Quishpe, en la exposición.

En cambio, Édwin Illanez, oriundo de Pastaza, empezó su carrera militar como soldado y ahora es sargento primero del Ejército. Fue llevado a la línea de combate por ser un soldado Iwia, palabra shuar que significa ‘demonios de la selva’.

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“Apenas llegamos a Tiwintza, bajamos del helicóptero y a diez metros cayó un compañero por la explosión de una mina. Más allá había cementerios de los compañeros, y yo pensé ¿cómo pueden estar matándolos? Con todo ese coraje que tenía, me dije que era mi oportunidad de enfrentar a los soldados peruanos y me siento orgulloso por defender a mi patria linda”, cuenta quien permaneció dos meses en el conflicto.

El expresidente Sixto Durán-Ballén lamenta las pérdidas humanas y se sobrecoge al recordar el momento en que le informaron que en los primeros enfrentamientos en el Cenepa ya hubo soldados caídos.

“Me avisaron que habían fallecido las dos primeras víctimas, un sargento de apellido Chimborazo y un soldado Pilco, y sentía como que yo los había mandado a su muerte porque fui el que decidí que Ecuador no debería retroceder como siempre lo hizo antes; la famosa frase mía que todavía la repiten ‘ni un paso atrás’ fue una especie de orden y esa fue una decisión mía”, recuerda.