Junto a la estación del ferrocarril de Durán se concentraban ayer miles de devotos de la advocación de Jesús cuando era infante, conocido como Divino Niño. Iban a participar de la tradicional procesión que impulsa desde hace 9 años la Diócesis de San Jacinto de Yaguachi y grupos apostólicos.

De diferentes partes de la provincia del Guayas llegaron los creyentes, pero en mayor presencia de Guayaquil, por la cercanía. No importó el calor por el intenso sol, ni los 11 kilómetros de la ruta. Llegaron dispuestos a la penitencia como muestra de fe y en agradecimiento a los favores recibidos.

Eran las 13:30 y familias de Milagro, Yaguachi, Naranjito, entre otros cantones, se preparaban para seguir los carros que transportarían las imágenes de la Virgen María, San José y Jesús infante, también conocido como Niño Rubio.

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Padres llevaron a sus hijos vistiendo atuendos similares con los que se lo identifican al Divino Niño. Algunos menores también empuñaron flores.

Eduardo Ortega, de 2 años, y quien tiene el cabello largo ondulado, estaba sentado en un coche. Su padre, Jorge Ortega, arreglaba la vestimenta del pequeño para que se vea tal cual al Niño Jesús. El menor estaba entretenido con un juguete.

Jorge contó que participa de esta muestra de fe ya por 9 años y que sus tres hijos han representado a Jesús. Su primer descendiente, Johan –indicó– ya tiene 11 años. Y que el mismo traje que usó ahora lo lleva su tercer hijo.

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Paola Maridueña, su cónyuge, comentó que la fe en Jesús los ha mantenido unidos.

Atribuyeron al Divino Niño un milagro recibido por un familiar, quien en octubre salió de un coma por diabetes.

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Unas cuadras más adelante, una descalza Juana Muñoz (51) avanzaba junto a su hija y nieta entre la multitud. El sudor por ratos molestaba su visión y no tenía como limpiarse porque con ambas manos sostenía una imagen del Divino Niño.

Ella se mostró igual de agradecida que hace 9 años. Dijo que su nieta Arlethe se salvó de morir cuando tenía pocos meses de nacida y tuvo fiebre y los doctores desconocían de qué padecía. Agregó que rezó al Niño Dios y su pequeña se sanó.

Cada 25 de diciembre también lleva a la procesión fundas de caramelos para regalarle a los niños.

En esta ruta hubo también personas que pidieron por una mejor situación económica.

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Juliana Reinoso se propuso recorrer el trayecto y asistir a la misa final –en el Santuario del Divino Niño– como una penitencia para poder encontrar un empleo estable. Dijo que llevaba buscando trabajo ya por tres años. Con una réplica en yeso del Niño Jesús acompañó el rezo del santo rosario que se hacía en la peregrinación.

Bomberos refrescaron a los feligreses con agua en un tramo del recorrido y policías resguardaron la caminata. (I)

Testimonio

“Estoy aquí por el resultado de la operación de mi mamá y salió bien, gracias a Dios. Y por eso estoy aquí sin zapatos caminando. A mi mamá la operaron en abril de este año. A ella le sacaron un ovario y salió bien. Ya tengo cuatro años viniendo a la procesión. Ahora estoy planeando hacer otra caminata para agradecer a Dios porque mi hermana también salió bien de una operación”.