La comunidad de Newtown recordó discretamente el domingo el segundo aniversario de la masacre que dejó 20 niños y seis maestras muertas en la escuela primaria Sandy Hook.

No hubo eventos públicos en un día en que las autoridades en ese poblado de Connecticut dijeron que estaría dedicado a la reflexión y la remembranza en privado.

En las iglesias se recordaron a las víctimas en las misas dominicales. En la iglesia católica Santa Rosa de Lima sonaron las campanas mientras leyeron los nombres de las víctimas.

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Pat Llodra, representante del gobierno y superintendente Joseph Erardi dijeron en una carta pública que la recuperación de la comunidad ha sido un "desafío repleto de días de gloriosa esperanza y ocasionales pendientes de desesperación".

En estos dos años, algunas familias que canalizaron la congoja en activismo han seguido adelante con esfuerzos para contener la violencia con armas y mejorar el tratamiento a la salud mental.

La ciudad ha comenzado a revisar ideas para la creación de un monumento conmemorativo permanente y ya han empezado los primeros trabajos de construcción en la nueva escuela primaria para reemplazar el edificio escolar demolido el año pasado. Newtown también adquirió la casa donde vivió el atacante y está sopesando qué hacer con ella.

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El agresor, Adam Lanza, mató a disparos a su madre el 14 de diciembre de 2012 antes de dirigirse en un automóvil a la escuela, donde asesinó a sus víctimas con un fusil semiautomático para luego suicidarse. (I)