Según el INEC, la tasa de matriculación en la educación superior cayó de 30,1% en el 2011, año en que se estableció la prueba de admisión, a 26,6% en el 2013.

A Kevin Vera, de 21 años, y Yomaira González, de 19, los une desde hace dos años su hija Celeste, pero también una preocupación sobre el futuro de su familia: no conseguir un cupo para estudiar en el sistema público de educación superior.

Se conocieron y se graduaron (él en el 2011 y ella en el 2012) en el colegio fiscal Alfonso Laso Bermeo de Quito. Kevin sueña con estudiar Radiología en la Universidad Central y lo intentó en marzo del 2012 y septiembre del 2013. Yomaira quiere seguir enfermería y rindió tres veces las pruebas: marzo y septiembre del 2013 y marzo del 2014. Aunque afirman que obtuvieron puntajes de entre 755 y 895/ 1.000, ninguno consiguió un cupo en la carrera que deseaba o, como les ocurrió en una ocasión, ni siquiera en las opciones alternativas que postularon.

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En otra oportunidad, a él le asignaron un cupo en la quinta que consideró: ingeniería estadística, pero los horarios no le permitían trabajar. Ella, en cambio, logró uno en la segunda opción que puso: laboratorio clínico, pero en una universidad de Loja que –asegura– no registró. “No la escogí porque no tenía recursos y no iba a dejar a mi bebé”, cuenta. Le dijeron que hubo un error, le retiraron ese cupo, pero no le dieron otro.

En el 2010, la Ley de Educación Superior dispuso que el ingreso a las instituciones de educación superior públicas estará regulado a través del Sistema de Nivelación y Admisión, que desde el 2011 estableció el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES) como requisito. Se aprueba con 601/1.000, aunque para Medicina y Ciencias de la Educación se requiere 800.

Los estudiantes lo rinden en marzo y septiembre y, solo aprobado, entran a un proceso de postulación de carreras (hasta cinco) e instituciones vía web. El último cerró el pasado 23 de noviembre con una oferta de 1.800 carreras (no se informó sobre los cupos disponibles) en 30 universidades públicas y 40 institutos. Los cupos asignados se conocerán esta semana, según la Senescyt, rectora de la política de educación universitaria.

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Los procesos han multiplicado la queja de los bachilleres. En la universidad: de quienes entraron, pero a una carrera que no querían y que tomaron para no dejar de estudiar. Y fuera: de quienes aprueban el ENES –incluso con altos puntajes– pero no logran un cupo para la profesión que anhelan. O los que lo consiguen en universidades fuera de su ciudad y lo dejan por problemas económicos.

Según la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE), 500.000 jóvenes se han quedado fuera de la universidad en tres años debido a un sistema que su presidente, Mauricio Chiluisa, califica como atentatorio al derecho a acceder a una educación pública universal, sin discriminación y con libertad para escoger, garantizado en la Constitución (arts. 28 y 29). Dice que están de acuerdo con el examen, pero no con que no haya cupos para todos.

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Aunque no se ha hecho pública una estadística oficial del número de bachilleres que aprueba, postula, obtiene un cupo y se matricula, ni de los que quedan fuera, en el país la tasa de matriculación en la educación superior cayó cuatro puntos en dos años, de acuerdo al INEC.

Desde que se inició el gobierno de Rafael Correa, la tasa venía creciendo. Pasó de 25,1% en el 2007 a 30,1% en el 2011, año en que empezó la prueba. Para el 2013, bajó a 26,6%.

Milton Luna, coordinador del Contrato Social por la Educación, considera que las mayores exigencias que plantean las evaluaciones han chocado con una reforma universitaria que las ha desmantelado, sobre todo, de profesores, lo que ha desencadenado una crisis de oferta y capacidad. Los reportes de matriculación de tres de estos centros lo confirman: la cantidad de alumnos bajó hasta en 30%.

Arturo Villavicencio, expresidente del extinto Consejo de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior, cree que se está caminando a un sistema jerarquizado y estratificado, y que, en la práctica, el dinero que se pagaba por matrícula y se eliminó con la gratuidad en la Constitución del 2008, se trasladó a un curso preparatorio. Por este se paga entre $ 20 y $ 400.

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De 26 alumnos de nueve colegios fiscales entrevistados por este Diario en Quito y Guayaquil, trece afirmaron haber tomado cursos privados.

Rubén Villacís, director de la academia APOL, que prepara a alumnos para el ENES, dice que los jóvenes tienen deficiencias en Matemáticas y Lenguaje, y que buscan capacitarse porque quien no aprueba, tarda hasta dos años en empezar su carrera, considerando el cupo y el curso de nivelación de seis meses en la universidad.

“Hay que ver en conjunto qué es lo que está pasando con el bachillerato que no capacita al estudiante para rendir las pruebas que las mismas instituciones del Gobierno implementan”, agrega Villavicencio.

Para Luna, no hay coherencia entre la reforma universitaria y la del bachillerato. Por un lado, se ponen más exigencias; por otro, se flexibiliza. Una muestra: la reforma al Reglamento de la Ley de Educación Intercultural, en junio pasado, estableció que para pasar de año en los niveles Elemental y Media de Educación Básica, dos de los tres necesarios para llegar al bachillerato, se requiere un promedio de 7/10 en el conjunto de materias. Antes, se exigía además tener 7/10 en Matemáticas, Lengua, Ciencias Naturales y Estudios Sociales.

La Senescyt, que hasta el cierre de esta edición no respondió a un pedido de entrevista, asegura en su página que la asignación no la definen ellos sino la nota del aspirante, el número de cupos ofertados y el orden de las opciones de carrera. Los cupos se llenan con los puntajes más altos, ha dicho la entidad, que difunde el proceso con el eslogan ‘Tú decides’.

Para Kevin y Yomaira, no fue así. Ella, con ayuda de sus padres, quienes pagarán $ 2 mil semestrales, cursará enfermería en un centro privado. Él, con su sueldo, empezó a estudiar Ingeniería en Sistemas en un instituto que cuesta $ 650 el semestre. No es lo que le apasionaba, dice, pero le puede rendir económicamente mientras opta por un nuevo examen en el sistema público.

‘No me salió la ingeniería que quería y rendí otro examen’

Se graduó este año en el colegio 28 de Mayo. Rindió el ENES en septiembre del 2013 y en marzo del 2014. “Puse cinco opciones y me salió la última, pero yo quería la primera: Ingeniería en Marketing”, dice. Por eso dio el ENES de nuevo, pero tampoco le salió su primera opción. Aplicó a la repostulación de junio, donde finalmente entró a la ingeniería que deseaba. En septiembre pasado inició la nivelación en la U. de Guayaquil.

‘Debo sacar mayor puntaje para seguir la carrera que quiero’

Se graduó en el colegio Tirso de Molina, de la parroquia Izamba, en el norte de Ambato. Quiere seguir Odontología y el 24 de marzo del 2013 dio la prueba para ingresar a la universidad. Su puntaje fue 667, con lo cual no pudo acceder a un cupo. “Está muy difícil porque debo sacar un puntaje más alto para seguir la carrera que yo quiero”, dice. Piensa insistir hasta lograrlo y ahora se prepara en un curso que le cuesta $ 400.

26 mil alumnos menos en la Universidad de Guayaquil
De 88.517 alumnos en el periodo 2011-2012 se pasó a 61.743 en el 2014 por el cierre de carreras, limitación en infraestructura y la nueva metodología de ingreso, refiere Lobelia Cisneros, de la Comisión Interventora. Pero ahora, dice, desertan menos en primer año. Por semestre ofertan 10.000 cupos.

30% bajó matriculación en la Universidad de Manabí
En el periodo abril-agosto del 2011, se matricularon 15.908 estudiantes y para el mismo periodo del 2012 lo hicieron 14.809, esto es 1.099 alumnos menos. Mientras, para el periodo lectivo de mayo a septiembre del 2013 se registraron 11.652 matrículas y en los mismos meses de este año, 11.190.

2.341 alumnos menos en la Universidad de Ambato
Los ingresos han disminuido desde el 2012 porque hay menos docentes tras la disposición de que deben tener maestrías o Ph.D. Esto se refleja en la reducción de carreras, según Robert Vaca, de la dirección académica de la UTA. La población estudiantil pasó de 17.341 en el 2012 a 15.000 este año.