Desde principios de año murieron en su travesía por el Mediterráneo 3.072 personas que intentaban llegar a Europa, tres cuartas partes de todos los migrantes muertos en el mundo en ese período de tiempo, indicó hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Se trata de la mayor cantidad registrada desde el año 2000. En total, desde 2000 murieron en todo el mundo más de 40.000 personas huyendo o migrando.

Para el informe, titulado "Viajes mortales" y presentado hoy por la OIM en Ginebra, se tomaron las cifras de todo el mundo desde fines de los años 90. Los resultados de los primeros nueve meses de este año para Europa son especialmente alarmantes, de acuerdo con la OIM, ya que hubo el doble de muertos que en la última gran ola de refugiados en 2011 debido a la primavera árabe, cuando en igual período murieron 1.500 personas en el Mediterráneo.

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En comparación con otras "zonas candentes", Europa es en 2014, con el 75 por ciento de las víctimas, la zona con más muertos. Le siguen el este de África, con 251 migrantes muertos, y la frontera entre México y Estados Unidos, con 230 muertos, lo que representa el seis por ciento de todos los casos mundiales.

"Nuestro mensaje es claro: los migrantes mueren aunque no deberían", dijo el director general de la organización, William Lacy Swing, quien apeló a la comunidad internacional a ayudar más a estas personas.

Desde el año 2000 murieron de acuerdo con la OIM en todo el mundo más de 40.000 personas huyendo o migrando. Europa fue, con 22.000 muertos, el destino más mortal para los migrantes. Le sigue con una clara distancia la frontera entre México y Estados Unidos, con casi 6.000 muertos. Más de 3.000 personas perdieron la vida en el Cuerno de África, unas 1.800 en el Sahara, entre 1.500 y 2.000 en el Golfo de Bengala y 1.500 ante la costa de Australia.

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Muchos migrantes mueren en zonas donde no hay siquiera estadísticas. Por ahora no hay ninguna organización que establezca a nivel global un recuento completo de víctimas.

"Es hora de hacer más que sólo contar las víctimas", dijo el director general de la OIM. "Es hora de que el mundo se comprometa a detener la violencia contra migrantes desesperados".