Un sacerdote católico expulsado de su clero fue hallado culpable el viernes de violar a docenas de niños y un perro de trineo en el Ártico canadiense, donde trabajó durante décadas como misionero.

El canadiense de origen belga Eric Dejaeger, de 67 años, fue condenado por 31 acusaciones de agresiones sexuales contra niños y un cargo de zoofilia.

Al inicio del juicio en noviembre en Iqaluit, la capital del territorio Nunavut en el extremo norte de Canadá, Dejaeger se declaró culpable de ocho de las 80 acusaciones originales.

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El juez Robert Kilpatrick consideró que el paso del tiempo había debilitado la evidencia y redujo el número de acusaciones.

Si no apela, se espera que Dejaeger vuelva al tribunal en enero para escuchar su sentencia.

Un empleado del tribunal de Iqaluit dijo a la AFP que más de 20 víctimas de la aldea inuit de Igloolik testificaron en un caso cargado de emociones.

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El canal CBC dijo que el entonces sacerdote usó su rol de misionero para atraer a los niños y abusar de ellos, amenazándolos con el fuego del infierno y la separación de sus familiares si revelaban lo sucedido.

Dejaeger trabajó junto a otros sacerdotes locales en Igloolik de 1978 a 1982.