La sede de las Abuelas de Plaza de Mayo vive lo que se ha denominado el efecto Guido, en alusión al nieto 114, el descendiente de la presidenta y fundadora de Abuelas, Estela de Carlotto, que fue hallado el martes pasado. El miércoles la organización experimentó un aluvión de consultas.

La sorpresiva identificación esta semana de Guido como uno de los rostros más esperados por la comunidad de Derechos Humanos del país hizo que muchos otros jóvenes de entre 30 y 38 años con dudas sobre su verdadera identidad se animaran a preguntar, algunos con pedidos para hacerse pruebas de ADN.

El impacto inmediato fue mayor al de cualquier campaña de difusión. Algunos llaman para consultar, otros para aportar datos; en cada caso se los orienta. No paran de llamar”, dicen en Abuelas.

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El promedio de llamadas en una jornada cualquiera es de entre 10 y 40 al día. Este miércoles fueron 100, por lo que la organización tuvo que contar con personal extra.