El Viernes Santo del papa argentino comenzó con el rito de la Pasión de Cristo en la basílica vaticana, único día del año que no se oficia misa, ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.

En esta ceremonia, la homilía está a cargo del predicador de la Casa Pontificia, el franciscano capuchino Raniero Cantalamessa.

En la ceremonia, el papa, con los paramentos rojos, se tendió en el suelo en la nave central en un momento de oración y penitencia y una cruz cubierta con una tela roja preside el altar mayor de la basílica de San Pedro.

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Vía Crucis

El papa Francisco presidió este viernes en Roma su segundo Vía Crucis nocturno como pontífice alrededor del Coliseo romano, durante el cual se conmemora el calvario de Cristo hasta su crucifixión.

El pontífice argentino llegó a las 21:00 locales (19:00 GMT) al célebre monumento romano, en donde miles de personas, turistas y religiosos, la mayoría con antorchas, lo esperaban.

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Francisco, de 77 años, asistió como el año pasado al rito desde la terraza del Palatino, frente al imponente anfiteatro romano, sin recorrer a pie las 14 estaciones.

En el Coliseo, elegido en 1964 por el papa Pablo VI para celebrar el rito como símbolo de la persecución a los primeros cristianos, representantes de la Iglesia, pero también jóvenes y familias de varias nacionalidades llevarán la cruz durante las 14 Estaciones.

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Según la leyenda, fue en el Coliseo donde los cristianos fueron arrojados a los leones durante las persecuciones de los primeros siglos después de Cristo.

Meditaciones

Este año el Vía Crucis tiene la impronta de Francisco, quien encargó la redacción de las meditaciones que se leen en cada estación al obispo italiano de Campobasso (sur), Giancarlo Bregantini, conocido por sus batallas contra la mafia.

La crisis económica, el desempleo, el maltrato a las mujeres, la soledad, las enfermedades, la situación de los presos fueron abordados en cada una de las estaciones.

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"Padre Giancarlo", que en su juventud fue obrero, al que la mafia de Calabria en 1994 colocó una bomba bajo el altar el día en que fue ordenado obispo, denunció también en los textos el drama de los refugiados, la trata de seres humanos, la droga, el alcohol, los abusos de la mafia.

En cada una de las estaciones la cruz fue cargada por trabajadores, empresarios, inmigrantes, detenidos, huérfanos o enfermos.

Varias pantallas gigantes han sido instaladas en la céntrica zona del Foro Imperial para que los peregrinos y turistas que han llegado a Roma para la Semana Santa puedan seguir el rito.

El Vía Crucis es transmitido en directo por 50 canales de televisión de numerosos países.

"El papa no tiene pensado hablar al final del Vía Crucis, no creo que vaya improvisar, desea orar en silencio y dar la bendición", adelantó a la prensa el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.

"Dejemos al Espíritu y a la libertad del papa si desea decir algo", agregó.