Solos o en familia, a pie o de rodillas y con rezos, cánticos y lágrimas, la devoción del Viernes Santo, que recuerda el paso de Jesucristo hacia el calvario, camino a la crucifixión, es la característica de la procesión del Cristo del Consuelo.

El Vía Crucis, que se inicia en la calle Lizardo García y la A, conluyó, con un recorrido de 17 cuadras,  en la iglesia Espíritu Santo, en la calle Azuay, al sur de Guayaquil. 

A las 08:30, los feligreses con la imagen del Cristo avanzaban por la calle Lizardo García y Francisco Segura, después llegaba a la calle Azuay, para avanzar a la iglesia Espíritu Santo antes del mediodía.

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La manifestación de fe convocó a aproximadamente 500.000 católicos.

El párroco y rector de la iglesia del Cristo del Consuelo, Ángel Villamizar, dijo la noche del jueves que este es su primer año como párroco en la iglesia y que es un orgullo estar al frente de una de las parroquias más visitadas en esta fechas.

El clérigo recordó que en esta fecha se conmemora la pasión, muerte y resurrección del señor Jesucristo y es un momento propicio para reflexionar nuestras malas y buenas acciones.

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Video: Connie Hunter

Vigilia y milagros de fe

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"Él me devolvió a mi hijo", decía lleno de orgullo William Chaguay, al referirse a la devoción que tiene hacia el Cristo del Consuelo y a la procesión que lleve el mismo nombre del cristo crucificado.

Chaguay es uno de los tantos feligreses que se apostan en la iglesia del Cristo del Consuelo, ubicada en las calles Lizardo García y A, durante la tradicional vigilia que realizan durante la noche del Jueves Santo y la madrugada del Viernes Santo. Donde cada uno tiene una historia diferente que contar y en esta ocasión Chaguay, un padre agradecido con Dios, comentó que su hijo fue salvado por la imagen del Cristo crucificado.

“Hace algunos años mi hijo se cayó de una altura de 12 metros y quedó en coma durante 2 meses y medios en el hospital. Yo, casi todos los días le pedía a Dios, a la Virgen Santísima y al Cristo del Consuelo que me lo sanen y él me lo devolvió a la vida; desde entonces, acudo todos los Viernes Santos a la vigilia y procesión", dijo don Chaguay que entre lágrimas aseguraba que ser fiel devoto.

Mientras Gladys Santander, mujer que tiene insuficiencia renal, dijo que ella hace 7 años se realiza diálisis y desde entonces va a la vigilia, pero no a la procesión del Cristo del Consuelo porque su enfermedad no la deja caminar.

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"Me siento muy agradecida por todos los favores recibidos; además, me siento mejor gracias a él. Ahora no hago la procesión por la multitud de la gente, aunque no me importa pero ahí estoy", dijo doña Gladys quien luego de haber llegado a la 01:00 de ayer, salió a tomar un poco de aire.

En la iglesia, cientos de feligreses oran y alaban al señor a la espera de la tan ansiada procesión, que es considerada una de las multitudinarias de Latinoamérica. Pero dentro del templo también hay personas que ya vencidas por el sueño duermen en el piso y en las bancas que están al costado dentro de la iglesia o abrazadas a un ser querido para dormir en sus brazos.

El párroco y rector de la iglesia del Cristo del Consuelo, Ángel Villamizar, dijo que este es su primer año como párroco en la iglesia y que es un orgullo estar al frente de una de las parroquias más visitadas en esta fechas.

El clérigo recordó que en esta fecha se conmemora la pasión, muerte y resurrección del señor Jesucristo y es un momento propicio para reflexionar nuestras malas y buenas acciones.

Procesiones

Al norte, otra procesión se realizaba desde la la iglesia Nuestra Señora de Czestochowa, donde los fieles acompañaban con cánticos la imagen del cristo en la Cruz.

Al suroeste, moradores de las calles Francisco Segura y la 13 recuerdan también el calvario de Jesucristo con un Vía Crucis viviente.