La actriz estadounidense Sharon Stone visitará este lunes la Amazonía y se unirá a la campaña "La mano sucia de Chevron" emprendida por el Gobierno de Ecuador contra esa gigante petrolera, acusada de causar graves daños ambientales en la selva del país suramericano.

El anuncio lo hizo el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que ha invitado a otros artistas a ese mismo sitio para que manchen sus manos con crudo de una piscina de desechos abandonada en la selva y con lo que el Gobierno de Quito intenta mostrar las acusaciones contra la compañía estadounidense.

Stone, de 56 años y candidata al Oscar en 1995 como mejor actriz por su actuación en "Casino", irá el lunes "al pozo Aguarico 4 a manchar sus manos" con los desechos, insistió Correa que comparó al contencioso que mantiene la petrolera contra su país como la pelea bíblica entre David y Golliat.

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"La verdad vencerá a ese Golliat (Chevron) corrupto y corruptor", agregó el mandatario ecuatoriano que acusó a la petrolera de "destrucción" ambiental en la selva amazónica del país y de la que, según dijo, "trata de salir impune".

La campaña gubernamental comenzó en septiembre del pasado año, con una visita del propio Presidente al pozo "Aguarico 4", en la provincia de Sucumbíos (noreste), donde Correa se embadurnó la mano de restos de crudo para denunciar a la petrolera.

Después, activistas, expertos ambientalistas, cantantes y actores han expresado su respaldo al proyecto.

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Entre ellos figuran los actores estadounidenses Mia Farrow y Danny Glover, el cantautor español Luis Eduardo Aute, la alcaldesa de Richmond (EE.UU.), Gayle McLaughlin y la especialista estadounidense en temas petroleros y energéticos Antonia Juhasz.

También lo han hecho la documentalista Alexandra Cousteau, nieta del investigador Jacques Cousteau, el político y excandidato presidencial francés Jean-Luc Mélenchon, la activista española Monserrat Ponsa, el sociólogo brasileño Emir Sader y su compatriota y periodista Carlos Alberto de Almeida.

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Chevron fue condenada por los tribunales ecuatorianos a pagar 9.500 millones de dólares de indemnización por los graves daños causados en la Amazonía durante el tiempo en que operó en Ecuador, entre 1964 y 1990.

La multinacional, que tilda de fraudulento el juicio en el que fue condenada, ha calificado como "show mediático" a las visitas de personalidades organizadas por el Gobierno de Ecuador a la zona contaminada.