La cultura Mayo-Chinchipe-Marañón ha devuelto la identidad a los pueblos amazónicos. Ha reconstruido la historia.

Francisco Valdez, director de la misión científica, expresa que la revelación de que esta cultura se desarrolló hace 2.500 a 5.500 años es significativo para conocer las raíces de los diversos pueblos amazónicos.

“El saber que pertenecen a culturas muy antiguas y que son parte de la heredad en la civilización, no tiene precio”, expresa Valdez, quien fue uno de los investigadores que descubrió el yacimiento arqueológico Santa Ana La Florida.

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El hallazgo se dio en octubre del 2002, en el cantón Palanda, en Zamora Chinchipe. Este yacimiento consiste en un complejo arquitectónico de piedra organizado, caracterizado por una necrópolis, una gran plaza circular y un posible espacio ceremonial, según el informe Proyecto Zamora Chinchipe, publicado en la página web: palanda.arqueo-ecuatoriana.ec.

Valdez manifiesta que la investigación de esta cultura inició en septiembre del 2001 y que el equipo de trabajo estuvo integrado por tres franceses y tres ecuatorianos, quienes recibieron el apoyo del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia. En total, el área intervenida fue 1.053 m² de superficie. Explica que en la zona de Montegrande, en Cajamarca, en Perú, hay un yacimiento igual al de Ecuador de la misma cultura.

Añade que la característica principal de esa cultura fue el arte lapidario (trabajo en piedra) a colores, como vajillas, no solo herramientas; además, fueron “estupendos alfareros” experimentando, incluso, con nuevas formas que no se conocían en la Costa. Una de ellas, la botella asa de estribo.

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En la página web, además, se detalla que se pudo recolectar fragmentos de recipientes de “cuellos largos y rectos, ollas, cuencos hemisféricos y diversos recipientes abiertos”.

Otro de los fragmentos de las piezas que se han encontrado es el cuenco lítico (de piedra) gris de borde con muescas, un fragmento de una figura antropomorfa hueca con pastillaje y acanaladura, posible representación de una oreja humana.

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Esta cultura, que data de hace 5.500 años, puede considerarse contemporánea de la Valdivia, una de las más antiguas de Ecuador.

Según Valdez, a eso se deben los hallazgos en la selva de conchas marinas de las especies strombus y espondilus.

Él explica que las conchas strombus son utilizadas hasta la actualidad como grandes ocarinas (instrumento musical), mientras que las tipo espondilus eran consideradas como especie de moneda o de objetos de alto valor religioso.

Valdez dice que ese yacimiento no es el único y considera que pueden existir más. “No solo se puede pensar que hay un yacimiento, hay muchísimos”. Detalla que el costo de la investigación fue de unos $ 3,5 millones. Sin embargo, esa inversión no contabiliza las lecciones aprendidas y la devolución de la identidad a los pueblos. “Por eso no es fácil hacer arqueología científica porque cuesta, pero es una inversión a largo alcance porque reconstruye la historia de los antiguos pueblos”, dice.

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La investigación de la cultura amazónica, que duró 12 años, fue presentada la semana pasada en Quito en el III encuentro de Arqueología Amazónica.

Se estima que este pueblo se extendió también por la selva de lo que hoy es Perú hasta llegar al Marañón, uno de los principales afluentes de la parte alta del río Amazonas”.Francisco Valdez, jefe de la misión científica