Los rebeldes de las FARC no quieren ir a prisión y advierten sobre la responsabilidad de civiles y militares en el conflicto armado, al tiempo que están dispuestos a dejar las armas si se llega a un acuerdo de paz, se informó este viernes.

"En la mesa estamos buscando ponerle punto final a ese conflicto... Si la salida es que todos estemos presos ¿cuántas cárceles habría que construir? Parece que se pensara que sólo cabe la prisión para los jefes guerrilleros como si tanto mando militar, policial o político incluido gobernadores, ministros y hasta presidentes no fueran los principales responsables de tanta atrocidad producida en Colombia", dijo Timoleón Jiménez o Timochenko en una entrevista con la radio colombiana La FM.

Consultado por el desarme del grupo guerrillero, Timochenko -cuyo verdadero nombre es Rodrigo Londoño Echeverry- indicó que "si logramos un acuerdo de paz con justicia social, tengan la plena seguridad que desde el guerrillero más antiguo hasta el más nuevo lo van a respaldar, en ese momento las armas quedarán relegadas a un segundo plano".

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Pero "es difícil avanzar cuando una de las partes le dice no a todo... Las FARC, más que voluntad, tenemos la disposición reafirmada hace poco en una consulta interna (entre los insurgentes) con la gran mayoría de nuestros cuadros de jugárnosla por la paz con justicia social", dijo Timochenko en la inusual entrevista desde las montañas, según dijo la radio sin precisar la fecha de la consulta.

El jefe rebelde, de 54 años, ha concedido en el pasado declaraciones pero a medios escritos como el semanario Voz, del partido comunista colombiano.

Delegados del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantienen desde fines de 2012 en La Habana negociaciones de paz en base a una agenda de seis puntos, que no incluye un cese al fuego mientras se realizan los diálogos y en la que restan definir los más espinosos asuntos, desde qué sucederá con los jefes insurgentes en caso de que se firme la paz y si se le conmutaría la pena por delitos pendientes, entre otros temas. Los negociadores insurgentes ya han descartado en el pasado penas de prisión y han pedido además el otorgamiento directo de bancas legislativas para los movimientos políticos que surjan tras un eventual acuerdo de paz.

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El comandante máximo de las FARC se quejó además por las órdenes que mantiene el presidente Santos a las fuerzas militares de combatir a la guerrilla y dar muerte a sus integrantes.

"Preocupa la creencia de Santos de que para avanzar en la mesa de La Habana hay que poner sobre ella nuestros cuerpos destrozados por las bombas... es como si nosotros estuviéramos urdiendo todo el tiempo planes para matar al presidente con la creencia de que sus sucesores amedrentados firmarían más rápido un acuerdo" de paz, destacó Timochenko.

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Las FARC son la guerrilla más antigua del hemisferio y tienen unos 8.000 miembros en armas, según los datos oficiales.