Como un hecho natural, pero poco frecuente en costas de Puerto López, calificó Cristina Castro, de la fundación Ballenas del Pacífico, el ataque de diez orcas a ballenas jorobadas a unas 2 millas (10 minutos) del puerto de esta localidad.

Personal de operadores turísticos indicó que en 5 minutos, y tras una estrategia de ataque, tres orcas devoraron a una ballena jorobada juvenil de 10 m de longitud y 20 toneladas de peso. El hecho ocurrió el pasado 28 de julio y generó curiosidad entre pescadores, operadores y bañistas que no habían visto un ataque de cerca.

Winston Lucas, de una operadora, dijo que observaron la presión que ejercieron las orcas para tratar de capturar crías de las jorobadas, que de junio a octubre llegan a costas ecuatorianas para reproducirse.

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Respecto de la forma de atacar de las orcas, Castro explicó: “Se sumergen y al ver que las ballenas rodean al ballenato o juveniles, las orcas se dan cuenta de que su presa está en el centro y generan un efecto como de succión. Eso sucedió el día del ataque y a los 5 minutos solo se pudieron observar tres pedazos de carne de la ballena juvenil, los que fueron inmediatamente consumidos por aves”.

Agregó que las orcas, de la orden cetáceos, familia delfinidos mayores (delfines oceánicos), también fueron observadas el pasado fin de semana. Aclaró que su presencia no es nueva porque ya se han registrado ataques similares en 1998 y en el 2002 en el área marina del Parque Nacional Machalilla. Estas llegan a consumir ballenas juveniles o ballenatos y delfines como proceso normal de la naturaleza.

Según el libro Ballenas, delfines y marsopas, de Mark Carwardine, hay dos tipos genéticamente distintos de orca conocidos como residentes y transeúntes; estos últimos tienden a formar grupos de uno a siete miembros y se desplazan por una zona muy amplia.

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Castro aseguró que la presencia de orcas es una buena señal para el área marina, porque hay depredadores, cúspides, arrecifes y gran cantidad de mamíferos en los fondos marinos, pero necesita más protección. Ayer, turistas de la Sierra y de EE.UU. acudieron con normalidad a las agencias para la observación de las jorobadas.