En la ciudadela La Atarazana se han creado botaderos de basura improvisados en cuatro puntos de ese sector. Uno de ellos está al pie del parque principal, donde se observan montículos de desechos todos los días.

En las mañanas, chamberos seleccionan cartones y botellas de entre los desperdicios. Abren las fundas y dejan los restos regados en la calzada. Los recolectores de Puerto Limpio pasan en la medianoche, tres veces a la semana.

Los hedores también causan malestar, especialmente cuando hace sol, comenta Soraya Galarza, quien habita 42 años en la ciudadela. “Aquí hay desunión, la gente bota la basura en las noches, se la lleva el recolector y en la mañana ya se ven de nuevo fundas apiladas. No hay conciencia de respetar y no sacar los desechos a la hora que no debe”, expresa.

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Enrique Rodas, quien vive 50 años en la ciudadela, dice que algunos moradores son irresponsables y ensucian.

A cien metros del parque queda el colegio Francisco Campos Coello. A los lados de este plantel hay dos esquinas con  fundas de desperdicios. Asimismo, en el parterre y un carril de la calle Roberto Gilbert, por el hospital del mismo nombre, los desechos obstruyen el paso.

Apuntes: Sanción

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En comisarías municipales
Las personas pueden fotografiar y denunciar en las comisarías del Municipio a los vecinos que arrojan basura en horas fuera de recolección. Hay multas para  infractores.