Cuando el silbato marinero se escuchó desde la lancha oceánica al pasar frente a los buques de guerra acoderados en el estero El Muerto, en el sur de Guayaquil, su mirada siguió con detenimiento cada nave.
Publicidad
160 estudiantes de cuatro colegios se embarcaron en un recorrido en las lanchas oceánicas del Comando de Guardacostas.
Cuando el silbato marinero se escuchó desde la lancha oceánica al pasar frente a los buques de guerra acoderados en el estero El Muerto, en el sur de Guayaquil, su mirada siguió con detenimiento cada nave.
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
Si vas a la playa y tienes heridas en pies o piernas, por ejemplo, piénsalo dos veces. La bacteria come carne gusta de las aguas marinas calientes.
Publicidad