La vigilia solitaria y silenciosa de un hombre en Estambul inspiró protestas similares el martes, mientras la policía detenía a docenas de personas en toda Turquía, tras tres semanas de manifestaciones a menudo violentas contra el primer ministro Tayyip Erdogan.

Durante la noche en Ankara, policías antidisturbios usaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los cientos de manifestantes que se habían reunido en los alrededores de la sede del Gobierno de Kizilay.

Pero en un marcado contraste con los recientes enfrentamientos violentos en varias ciudades, docenas de manifestantes permanecieron simplemente en silencio en Estambul, Ankara e Izmir, inspirados por un hombre que el lunes encendió las redes sociales haciendo precisamente eso durante ocho horas en la plaza Taksim de Estambul.

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"Soy solo un ciudadano normal de este país", dijo Erdem Gunduz, conocido como el "hombre de pie" en Twitter, a Hurriyet TV. "Queremos que nuestras voces sean escuchadas".

El ministro de Interior Muammer Guler dijo que 62 personas habían sido detenidas en la principal cuidad del país, Estambul, y 23 más en la capital, Ankara. La televisión estatal TRT dijo que otras 13 habían sido retenidos en Eskisehir.

Las protestas se han convertido con frecuencia en violentos enfrentamientos entre la policía, que dispara gases lacrimógenos y cañones de agua, y manifestantes enmascarados que lanzan botellas y otros objetos, imágenes que han afectado la reputación de estabilidad de Turquía en un volátil Oriente Próximo.

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Los países occidentales han expresado su preocupación por la forma en que la policía está gestionando las protestas contra Erdogan, cuya autoridad se apoya en tres victorias electorales sucesivas, la última de ellas con un 50 por ciento de respaldo.

Los críticos lo acusan de desatender a la mitad de la población que no votó por él, y algunos dicen que se ha confabulado para sustituir la constitución laica y crear un orden basado en principios religiosos, algo que niega Erdogan.

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Apoyo a reacción policial

El político, de 59 años, ha mostrado un tono desafiante durante los disturbios, que suponen su mayor desafío público en los 10 años de mandato, marcado por la bonanza económica y un esfuerzo concertado para ampliar la influencia económica y diplomática más allá de las fronteras turcas.

"A la vista de un amplio y sistemático movimiento de violencia, la policía muestra una postura democrática sin precedentes y ha pasado con éxito el examen de la democracia", dijo a los miembros de su partido, el gobernante AK, en el Parlamento.

"La policía ha sido representada usando la violencia. ¿Quién empleó violencia? Todos los terroristas, los anarquistas, los alborotadores", dijo en un discurso interrumpido por vítores.

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Las autoridades han tratado de distinguir entre los que consideran manifestantes legítimos y otros descritos como "chusma" y "terroristas".

Pero Kemal Kilicdaroglu, líder del principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco), provocó al líder.

"El señor de los dictadores ni siquiera es capaz de ser un aprendiz de la democracia", dijo a los miembros de su partido.

"Tenemos un primer ministro que ha perdido su dignidad".

Los disturbios comenzaron como una pequeña acción de ecologistas que se oponían a los planes del Gobierno para construir una réplica de un cuartel de la época otomana en el parque Gezi, uno de los pocos espacios verdes en el centro de la populosa ciudad de Estambul.

Pero ha derivado en un movimiento de protesta contra lo que los críticos de Erdogan dicen que es su estilo dominante y una tendencia a inmiscuirse en la vida privada de las personas, algo que según algunos opositores está impulsado por la fe islámica del mandatario.

Los disturbios, que han disminuido desde que Estambul viese algunos de los peores choques hasta el momento el pasado sábado, han causado cuatro muertos, incluyendo un policía, y unos 7.500 heridos, según la Asociación Médica Turca.