Julian Assange, fundador de WikiLeaks, cumple hoy un año refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, sin que se vislumbre un acuerdo a corto plazo entre Ecuador y Gran Bretaña para que abandone la sede diplomática, pese a un encuentro entre los cancilleres de ambos países en la capital británica.

Assange, de nacionalidad australiana, ingresó imprevistamente a la Embajada de Ecuador el 19 de junio del 2012 y recibió formalmente el asilo el 16 de agosto. Su propósito era evitar una orden de extradición a Suecia, país en el que está acusado de delitos sexuales que él ha negado, pero el Reino Unido no le ha concedido hasta ahora el salvoconducto para que abandone la legación sin riesgo de ser detenido.

El fundador de WikiLeaks cree que detrás del pedido de extradición está Estados Unidos y teme que podría ser llevado a ese país para enfrentar cargos por revelar cables diplomáticos y militares.

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El canciller Ricardo Patiño visitó el domingo pasado a Assange y el lunes se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, con el propósito de buscar una salida, pero el resultado fue poco halagador.

“No encontramos otra respuesta del gobierno británico, más que la misma del primer día, en el sentido de que (Gran Bretaña) tiene obligación de cumplir con la normativa europea de detención y extradición”, resumió Patiño.

Lo único que logró la diplomacia ecuatoriana es que Gran Bretaña acceda a formar una comisión de juristas que analizará el caso en las próximas semanas o meses.

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Para el exembajador en Londres Mauricio Gándara la creación de una comisión binacional para tratar el caso de Assange “no tiene sentido” y recuerda que Reino Unido dejó en claro, desde un principio, que no le otorgará el salvoconducto.

“Un diplomático nunca le dice que no. (La formación de una comisión) es lo mismo que le está ocurriendo a Patiño en la Organización de Estados Americanos (OEA) con las reformas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y lo que consigue es que un amigo como Argentina les diga que queda abierta la discusión, pero no le aprueban nada”, dijo Gándara.

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Aseguró que el Reino Unido está obligado por los tratados europeos a conceder la extradición y esa es una obligación a la que no puede faltar.

Además, la coincidencia del viaje con la aprobación de la Ley de Comunicación, hace pensar al exembajador que la visita de Patiño a Gran Bretaña fue con la intención de “balancear y decir que son defensores de la libertad de prensa, para contrarrestar la crítica internacional” al proyecto.

El analista y profesor de la Universidad Andina, Hernán Reyes, dijo a la agencia AP que Assange “es un ejemplo de la necesidad de transparentar información que requiere la ciudadanía del mundo en relación con lo que los gobiernos están haciendo bajo el pretexto de la seguridad nacional y los abusos que cometen”.

Añadió que “si bien Assange y su organización pueden violentar leyes de la confidencialidad de la información, el efecto final de transparentar información es positivo para la sociedad”.

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Con la visita de Patiño a Julian Assange quieren balancear y decir que son defensores de la libertad de prensa, para contrarrestar la crítica internacional a la Ley de Comunicación”. Mauricio Gándara, exembajador